Alrededor de 800.000 gallegos de primera generación están asentados en América, Europa y Oceanía Aunque Galicia es la comunidad que recibe cada año más emigrantes retornados, la dimensión de este proceso es tan reducida que no va más allá de lo anecdótico. Los 45.000 emigrantes que regresaron del extranjero entre 1988 y 1998 apenas representan el 5% de la diáspora gallega, integrada por unas 800.000 personas. El retorno definitivo es una excepción casi imposible para miles de gallegos de edad avanzada que en países como Argentina son víctimas de la penuria económica y de una nula cobertura médica y asistencial. Tan penosa realidad ha llevado al Parlamento a estudiar la situación del colectivo.
29 ago 2000 . Actualizado a las 07:00 h.El emigrante gallego no vuelve a casa. La proporción de los que regresan es insignificante respecto al volumen de la diáspora, que, según el censo de la Secretaría Xeral de Relacións coas Comunidades Galegas, asciende a 804.000 personas residentes en países extranjeros. Son gallegos que tienen, en muchos casos, necesidades que precisan asistencia en sus países de destino. Estas carencias, esencialmente sanitarias y económicas, se agravan por el envejecimiento del colectivo. La situación es dramática para parte de los 200.000 gallegos de Buenos Aires, de los que sólo 17.000 reciben alguna prestación de la Xunta o del Gobierno español. La dotación de estas ayudas no supera las 41.000 pesetas por persona y mes. Los autónomos reciben pensiones que, en siete de cada diez casos, ascienden a 28.000 pesetas. Estos datos fueron aportados al Parlamento de Galicia por los ponentes que en julio pasado pasaron por la comisión especial encargada de analizar la situación de los emigrantes. Quienes viven de cerca estos problemas aplauden la intención de la Xunta de favorecer el retorno de descendientes de emigrantes, pero insisten en que la mayoría tiene necesidades que deben ser cubiertas en sus lugares de residencia.