
LA LUCHA CONTRA EL FUEGO Las dotaciones urbanas se niegan en ocasiones a apagar incendios en las zonas rurales por no desatender la ciudad El proyecto de dotar a la mayoría de los gallegos de servicios de bomberos camina con retraso. En 1998 se aprobó la creación de veintidós parques comarcales de bomberos; algunos de ellos ya se habían comprometido dos años antes, como concreción del plan de protección civil de la comunidad autónoma de Galicia (Platerga), refrendado en 1996. A día de hoy, sólo funciona plenamente el que cubre la comarca de Deza-Tabeirós-Terra de Montes y hay dotación presupuestaria para otros, como el de A Limia. Pero la gran mayoría de las áreas rurales sigue dependiendo de los bomberos urbanos, que en ocasiones no acuden a apagar fuegos en esas zonas por no dejar desatendida la ciudad.
02 sep 2000 . Actualizado a las 07:00 h.El compromiso de crear veintidós parques comarcales de bomberos, adquirido al tiempo que se creaba la Dirección Xeral de Protección Civil en la Consellería de Xustiza, ha chocado con dificultades, sobre todo presupuestarias. Está en marcha el de Silleda y cuentan con dotaciones otros como los de A Limia y Arteixo, pero quedan por constituir otros tres en Pontevedra (O Salnés, O Morrazo y el de Vigo-Pontevedra); dos más en Ourense (Valdeorras y O Carballiño); cinco en Lugo (Lemos, A Ulloa, Viveiro, Barreiros y el de la comarca de la capital) y nueve más en A Coruña (Santiago, Carballo, Ordes, Santa Comba, Arzúa, Boiro, Cee, As Pontes y Betanzos). Mientras se cierra este plan, los habitantes de muchos municipios rurales dependen de la buena voluntad de los bomberos urbanos para ser atendidos en caso de incendio. En A Coruña se han dado críticas por algunas de esas inasistencias. El concejal de Seguridad Ciudadana, José Nogueira, explicó que el cuerpo de bomberos de A Coruña prestará servicios fuera del término municipal «siempre que se trate de auténticas situaciones de emergencia». No obstante, Nogueira subrayó que el gobierno local «no está dispuesto a mantener con los impuestos de los coruñeses el servicio ordinario de bomberos de municipios como Oleiros o Arteixo que, por tener más de 20.000 habitantes, están obligados por ley a disponer de un dispositivo contraincendios propio».