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La «chea» de Padrón ya es historia

NACHO MIRÁS SANTIAGO

GALICIA

XOÁN A. SOLER

Una obra pública acabó con las inundaciones en Padrón, mientras muchos pueblos gallegos siguen soportando los antojos de la naturaleza No se pueden buscar culpables en el cielo cuando las soluciones están en la tierra. Las crecidas de los ríos no cogen a nadie por sorpresa, y sólo quienes han sufrido sus devastadores efectos saben lo vital que resulta ponerles remedio. El más claro ejemplo se puede ver en Padrón, donde el ingenio humano fue capaz de modelar a su antojo las orillas del Sar que cantara Rosalía. Hay un antes y un después del canal de derivación de una corriente de agua que durante muchos inviernos tuvo más de trágica que de poética. En Caldas de Reis, por ejemplo, los hombres sólo han sido capaces de contener las lágrimas.

24 mar 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

En la última semana, los vecinos de Padrón han revivido los recuerdos de la chea, la crecida del Sar que arruinó los inviernos de muchas generaciones. El canal de derivación que empezó a funcionar en 1995 bajaba estos días al máximo de su capacidad, pero, de momento, los ingenieros han acertado y pueden ratificar lo que dijeron cuando se planificó: que el canal tendría capacidad para soportar las crecidas de los próximos mil años. Hoy, todavía hay en Padrón zonas de campos que se inundan. Pero los vecinos del núcleo principal ya no tienen que moverse en barcas de remos por la calle de los Dolores como en aquella chea de 1987. Críticas La construcción del canal no estuvo exenta de críticas: muchos pozos se secaron a causa de su construcción e incluso hay quien pone en entredicho que su capacidad sea la adecuada. Pero, por el momento, los mil millones de pesetas que costó se han amortizado en quebraderos de cabeza. Y en Padrón tampoco entienden cómo es posible que Caldas de Reis siga resignándose a lo que diga la naturaleza. La Xunta asegura que el embalse del Umia será la solución. Algunos no se lo creen.