Los celos desencadenaron el crimen de Mijas, según la madre de la víctima

J. Á. FARIÑAS Enviado especial MÁLAGA.

GALICIA

Alicia Hornos dijo que Dolores Vázquez «mató a Rocío para hacerme daño a mí» Alicia Hornos López y su hija Rosa Blanca -la madre y la hermana de Rocío Wannikhof- fueron las protagonistas de la tercera sesión del juicio por el crimen de Mijas que se inició el pasado lunes en la Audiencia Provincial de Málaga contra la coruñesa Dolores Vázquez Mosquera, la única acusada. Los celos serían, según la declaración de la ex-compañera sentimental de Loli, el desencadenante de un crimen sobre cuya autoría siguen sin ser aportadas pruebas determinantes. «La mató para hacerme daño a mí», afirmó Alicia con serenidad y entereza. Sólo rompió en llanto en el momento de la reconstrucción del momento en que recibió la noticia de la muerte violenta de su hija Rocío, a los 28 días de su desaparición.

05 sep 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

La clave del crimen estaría en algunos datos aportados por Alicia en su declaración de ayer y que complementan otros ya conocidos. Explicó que la noche en que desapareció su hija, la acusada, que solía salir a caminar por la noche por la urbanización para hacer ejercicio, pasó por delante del domicilio familiar. «Me escuchó hablar con Juan -recordó Alicia Huertas refiriéndose a su nuevo compañero sentimental- y ella se puso furiosa». Y aportó más datos novedosos: después de aparecer las zapatillas de Rocío y restos de su sangre en el lugar donde según todos los indicios fue asesinada, Loli llegó a decir «en mi casa, y delante de otras amigas y de mi hija Rosa Blanca, que ella había pasado esa noche por ese sitio y no había visto nada». Este dato fue objeto de atención de la defensa en su interrogatorio. Así, se le preguntó por qué no lo había dicho hasta ese momento. «Pensé que ya estaba dicho», respondió. Sin ocultar nada A lo largo de su declaración, Alicia Hornos no tuvo ningún reparo en admitir que había mantenido una fuerte y tormentosa relación sentimental con Loli. Una relación que, según ella, se deterioró a partir del momento en el que ambas mujeres vendieron sus respectivas casas y se fueron a vivir a una que compraron y que ella valoró ayer en unos 80 millones de pesetas. Es la que ocupaba Loli cuando ocurrió la muerte de Rocío. «Ella -explicó Alicia- se volvió muy exigente y muy dura con los niños, no conmigo», aclaró. En otro momento de su declaración, dijo que «Loli vio en nosotros la familia que ella nunca tuvo porque se crió en un colegio de monjas». La sesión de tarde estuvo ocupada por la declaración de Rosa Blanca Wannikhof, hermana de Rocío, que mantuvo siempre una excelente relación con Loli. Rosa Blanca explicó que, durante la infancia, Loli era muy cariñosa con ellos y coincidió con su madre en que los problemas llegaron cuando se mudaron de casa. «Le cambió mucho el carácter, sobre todo con mi hermana», dijo. Explicó igualmente que su hermana tampoco hacía nada por llevarse bien con Loli. «Yo, sin embargo, siempre la he querido; era como mi padre», dijo. También manifestó que la relación de Loli con su madre «era obvio que era de pareja y que ella hacía el papel del padre».