La presunta asesina de Rocío Waninkhof recobró ayer la libertad tras pagar una fianza de 30.000 euros Lo consiguió. Un año y cinco meses después de haberlo dejado contra su voluntad y custodiada por la Guardia Civil, Dolores Vázquez Mosquera, «Loli», ha vuelto sin grilletes a su chalé El Retiro en la urbanización de El Chaparral, en la cala de Mijas (Málaga).
08 feb 2002 . Actualizado a las 06:00 h.La supuesta asesina de Rocío Waninkhof abandonó a las cinco de la tarde la prisión de mujeres de Alcalá de Guadaira (Sevilla) con el rostro oculto para eludir las cámaras. Su hermana Elvira anunció al medio centenar de periodistas que la aguardaban que no tenía previsto pasar la noche en casa. Era una maniobra de despiste para librarse de los flashes. La sala de lo Civil y de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, tal y como se esperaba, firmó a última hora de la mañana de ayer el auto de libertad provisional de Dolores Vázquez en las condiciones requeridas por la fiscalía: depósito de una fianza de 30.000 euros (4,99 millones de pesetas), obligación de comunicar cualquier cambio de domicilio superior a 24 horas y una comparecencia semanal ante el juzgado de instrucción más próximo al lugar donde fije su residencia. El auto sólo desestima la petición de retirarle el pasaporte y prohibirle viajar al extranjero por ser éstas unas limitaciones de dudosa constitucionalidad. El auto pondera el riesgo de fuga de la acusada, pero concluye que si se tiene en cuenta que la sentencia condenatoria fue anulada y, además se halla recurrida ante el Supremo, «lo único procedente será modificar la situación de prisión provisional incondicional». «Está mal pero contenta» Horas más tarde su hermana Elvira anunciaba a los periodistas que aguardaban a la entrada de la casa de Dolores en Mijas que «Loli se encuentra muy mal por lo que ha pasado pero contenta porque podrá volver a ver a su madre». Añadió que antes de volver a su casa pasaría unos días de descanso en casa de unos amigos. Era un intento para distraerlos. Otras fuentes de toda solvencia aseguraban que «esta misma noche -refiriéndose a la de ayer- cuando el ambiente esté más tranquilo, volverá a su casa, porque no puede soportar el estar separada de su madre». Y así fue. Era las nueve de la noche cuando Loli entró en su chalé El Retiro. Antes, su hermana Elvira había pedido la colaboración de los informadores para que su madre no se entere de lo que está pasando «porque está muy grave». Comentó que su hermana no tiene pensado desplazarse a Betanzos «porque ésta es su casa». Otras fuentes, sin embargo no descartan esta hipótesis, ya que sería una forma de evitar la presión social.