ETA intenta boicotear la cumbre de Sevilla con tres coches bomba en Málaga y Zaragoza

MELCHOR SÁIZ-PARDO MÁLAGA

GALICIA

La primera explosión hirió en Fuengirola a seis personas, dos de ellas graves, y la segunda causó pánico en el centro de Marbella ETA irrumpió ayer en la cumbre de Sevilla mediante la colocación de tres coches cargados de explosivos que estallaron en dos de las localidades más turísticas de la Costa del Sol: Fuengirola y Marbella, y en Zaragoza.

21 jun 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Pese a los últimos golpes policiales, los terroristas lograron explosionar cuatro horas antes del inicio de la reunión de los Quince un coche en Fuengirola. Seis personas resultaron heridas, dos de gravedad. Seis horas después, un coche explotó en el corazón de Marbella. En torno a las 10 y veinte de la noche, una furgoneta hizo explosión en el Corte Inglés de Zaragoza. Un guardia resultó herido leve. ulo se produjo a las 7.05 horas, cinco minutos después de lo anunciado por un comunicante anónimo a la asociación de ayuda en carretera DYA de San Sebastián. La llamada permitió a las Fuerzas de Seguridad acordonar la zona y desalojar las cafeterías, donde los veraneantes ya desayunaban a la espera del comienzo del partido de fútbol entre las selecciones de Brasil e Inglaterra. El tremendo estallido causó heridas de consideración a seis personas. El peor parado fue el turista de nacionalidad británica M. G., de 33 años, que en el momento de la explosión trataba de saltarse el cordón policial junto a un amigo que resultó ileso para presenciar el partido en un bar cercano. Un trozo de la carrocería del vehículo, convertido en metralla, le alcanzó en el pecho y el abdomen, provocándole importantes daños en el diafragma, el pulmón y el bazo, además de un traumatismo abdominal cerrado. La víctima, con una profunda herida en el pulmón izquierdo, fue trasladada de urgencia al hospital comarcal de la Costa del Sol de Marbella. Su estado es «muy grave», según los médicos. El otro herido con pronóstico grave es la mujer española M. I. R., de 44 años, que sufrió lesiones en el peroné de la pierna derecha por el impacto de un objeto metálico. Su marido, J. L. S, de 45 años, herido leve en el muslo derecho, fue trasladado junto a su esposa al centro médico marbellí. Otras tres personas, dos menores británicos y uno marroquí, fueron atendidos por los servicios de urgencia en el lugar de los hechos y en el ambulatorio de Fuengirola por cortes de cristales sin demasiada importancia. El coche bomba hizo vibrar los cimientos de los numerosos hoteles de la zona. La onda expansiva destrozó cristales y tabiques en más de 60 habitaciones de las plantas bajas del hotel Las Pirámides. La deflagración, que también afectó a una decena de vehículos, se dejó oír a varios kilómetros a la redonda y la columna de humo fue visible desde localidades cercanas, como Mijas. Desconcierto y pánico Tras la explosión vino el desconcierto y el pánico. Los técnicos de desactivación de explosivos llevaron a cabo tres explosiones controladas para abrir camino a los robots-artificieros hacia un paquete sospechoso que se encontraba en una playa que hay frente al lugar del atentado. Apenas seis horas después tuvo lugar en Marbella la explosión controlada de un segundo coche bomba. Otras dos llamadas alertaron de que un coche iba a estallar cerca de la zona conocida como el Pirulí, en el centro de la población. Una vez evacuado el lugar, los artificieros volaron del vehículo. Aunque nadie resultó herido, cinco coches fueron alcanzados de lleno por la bomba, que causó daños materiales en varios edificios cercanos.