La operación Brujo ha puesto al descubierto un mercadillo de productos supuestamente curativos; los farmacéuticos piden que se desconfíe de lo que no está en botica
01 nov 2002 . Actualizado a las 06:00 h.La que acaba ha sido sin duda la semana de los productos milagro. La operación Brujo, en la que la Guardia Civil desmanteló la red de fabricación, distribución y venta del fármaco denominado Bio-Bac, volvió a poner de manifiesto que la venta de ciertos artículos -ya sean medicinas, complementos, pinzas para las orejas o plantillas contra la obesidad- es un hecho estacional que cada año acapara la atención de miles de clientes que buscan soluciones a la desesperada. Hace unos años, el milagro lo hacía una compostora de A Estrada, que con unas vendas, manteca de vaca y aguardiente de hierbas aseguraba tener la fórmula magistral para eliminar la barriga o pecho bajo. Los remedios caseros, los jarabes curalotodo de los buhoneros dieron paso a la aparición de anuncios en prensa, aún vigentes, en los que no hay sarpullido, juanete, calvicie o grasa localizada que no sea posible eliminar con cualquier líquido marrón metido en una botella de jarabe. Ahora, la aparición de Internet ha supuesto una revolución en el mundo de la curandería que persigue, sobre todo, atraer la atención en unos cuantos grandes apartados que, al parecer, preocupan a casi todo el mundo. 1 ¿Qué prometen los compuestos milagro? La oferta es casi infinita, desde Redumodel, que promete un efecto reductor inmediato, hasta aparatos con pilas tipo Gym Form 8, Gym Body 8 o Gym Form Plus que, con descargas eléctricas de baja intensidad, prometen convertir nuestras chichas en músculo. Más ejemplos están en compuestos a base de algas como el Algoxyll 500, para perder hasta 19 kilos en seis semanas; las cápsulas de vinagre de manzana; el Bioslim para comer hasta hartarse y, encima, adelgazar, o el Ultratone, especie de gimnasia pasiva de efectos similares al Gym Form 8. Y ojo a las cápsulas de vinagre, en cuya publicidad se dice que no son un medicamento, pero se anuncian como el «eliminador de grasa más natural de todos los tiempos». La explicación es que abren las células de grasa y éstas pasan a través de las venas a los músculos, quemándolas como consumo de energía. Pero algo debe de ocurrir con tanto milagro, porque el mundo sigue estando lleno de cuerpos fondones. 2 ¿Son útiles los complementos que ofrecen un bienestar general? Aquí cabe de todo. Esta semana han corrido ríos de tinta sobre Bio-Bac, un complemento vitamínico que lo mismo vale para enfermos de sida que para pacientes oncológicos, con hepatitis e incluso con artrosis. Pese a que al menos trece médicos españoles defienden su utilidad, Sanidad todavía lo considera ilegal, tanto que ha sido el eje central de la operación Brujo. También han aparecido otros fármacos de sospechosa factura, como el Inmunomodulador Friatroy, al que se atribuyen propiedades curativas de cáncer y sida, o los artículos de la marca Life Plus, que regulan los niveles de glucosa y colesterol en la sangre y previenen el cáncer. La Dirección General de Salud Pública actuó contundentemente sobre ellos. También aparecen listados enormes, en cualquier buscador de Internet, de fármacos contra el insomnio, la impotencia, los ronquidos, la artrosis, las migrañas, las varices, los sofocos, las almorranas, la caída del pelo, los dolores de espalda y de cervicales y las enfermedades más difíciles de curar. 3 ¿Qué dicen las leyes sobre la venta por correo de medicamentos? Ante la tentación y la duda, un consejo: la Ley prohíbe la venta por correo de medicamentos y alimentos, así como la comercialización de compuestos curativos fuera de las farmacias, y la venta ambulante de plantas medicinales. Y ojo, los productos milagro no son medicamentos. La legislación española obliga a que éstos lleven un número de seis cifras (el Código Nacional de Medicamentos), además de un control previo sanitario que queda constancia de su realización mediante las siglas C.P.S. 4 ¿Sirven para algo los artilugios con supuestas propiedades milagrosas? Aquí cabe de todo, desde la pinza supuestamente homeopática que, convenientemente instalada en una oreja activa puntos desconocidos del cuerpo, hasta la plantilla con sensores repartidos por la planta del pie o la pulsera contra el reuma de la que, seamos sinceros, todos hemos visto algún ejemplar en casa. Agua imantada, gimnasios portátiles con efecto «cachas» casi inmediato, sofisticados artefactos de masaje e incluso gafas de graduación a granel forman parte de una oferta interminable. 5 ¿Hay que desconfiar de los productos que no se encuentran en la farmacia? Desde el Colegio de Farmacéuticos de la provincia de Pontevedra, su presidente, Luis Amaro, dice que cualquier medicamento que se canaliza por un canal distinto al a farmacia «tiene que ofrecer una serie de dudas». Pide que se desconfíe de los remedios que se suministran por teléfono o Internet y, por lo que se refiere exclusivamente a los medicamentos, insiste en que no hay productos de efecto «perdigón», que valgan lo mismo para curar el sida que un cáncer. También advierten los farmacéuticos de que, pese a la persecución, los productos milagro aparecen cíclicamente, por lo que el mejor de los remedios es desconfiar.