La edición de este año parece gafada. Eso al menos es lo que pensaron ayer los espectadores de Operación Triunfo cuando al conectar con el programa a las diez de la noche, se encontraron a un nervioso Carlos Lozano que, malamente, explicó lo ocurrido.
05 nov 2002 . Actualizado a las 06:00 h.A las cinco de la tarde, y en pleno ensayo, ocho concursantes estaban subidos a una escalera-plataforma cuando de repente se balanceó y partió a la mitad, cayendo unos encima de otros y todos sobre la guitarra de Vega; inmediamente fueron trasladados al cercano hospital de Bellvitge en ambulancias medicalizadas del 061; tras una primera revisión, Ainhoa, Joan Tena y Tony se vuelven al plató con magulladuras, mientras Tessa, Nikka, Vega, Miguel Nández y Hugo siguen en observación. De estos cinco, Nikka era la más preocupante porque había perdido el sentido tras el golpe. Los médicos dan el alta a Vega y Nández, así como al técnico, que se van para la academia, mientras los otros tres son trasladados al Hospital de Barcelona. Allí se les hacen radiografías y a Nikka, incluso un TAC, con resultados normales. Como medida de prevención, deciden que la joven duerma en el sanatorio y Tessa acompañándola, mientras Hugo regresa a la academia. Mientras tanto, en el plató, Carlos Lozano lidiaba con lo que le tocó en suerte y echaba mano de todo lo que encontraba, Chenoa incluida, que se había acercado a los estudios de Media Park en Sant Just Desvern (Barcelona) para saludar a sus amigos. Ella tuvo que actuar, al igual que Mariah Carey, Juanes y un singular dúo formado por Manu Tenorio y Armando Manzanero. El que marchó sin cantar, pero llorando, fue David Bisbal, que recogió su disco de diamante justo antes de irse a hacer las Américas. Gafado Aunque parezca inaudito en un programa de televisión que lleva menos de dos meses en antena, esta es la segunda gala que se suspende. La primera, hace quince días, se paró justo al final porque uno de los concursantes, Enrique Anaut, sufrió un desmayo antes de actuar. Al principio se pensaba que era un cólico nefrítico pero después se supo que el problema era una tendinitis con sobrecarga muscular y que el mareo se lo había provocado el calmante que le habían dado.