El caos de Iberia obliga a cancelar 43 vuelos y retrasa miles de operaciones

Alfonso Torices MADRID

GALICIA

CAPOTILLO

La compañía no sabe si la avería estará arreglada hoy y no descarta nuevas suspensiones -La facturación de equipajes y la venta de billetes tuvo que hacerse a mano

07 nov 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

Un incendio en el centro informático de Iberia, que inutilizó los equipos centrales de gestión de operaciones, provocó ayer la cancelación de al menos 43 vuelos nacionales e internacionales de la aerolínea y retrasos generalizados de varias horas en las salidas y llegadas de aviones de la compañía en todos los aeropuertos de España, según informaron fuentes de la empresa. Las mismas fuentes no descartaban, a última hora de ayer, que hubiera nuevas cancelaciones y retrasos a lo largo de la noche y de la mañana de hoy, mientras no se termine de reparar los daños. Los vuelos afectados por el incidente suman más de un millar y varios miles de pasajeros tuvieron que pasar el día en el aeropuerto, e incluso quedarse sin volar. El incendio, que se inició a las 10 de la mañana y los bomberos tardaron cuatro horas en sofocar, fundió buena parte de los sistemas de alimentación del centro informático de Iberia en La Muñoza (Madrid). Los daños destruyeron varios cientos de metros de cables, algunos de ellos de hasta 240 centímetros de sección, uno de los dos cuadros de alimentación, y dejaron provisionalmente inservible el de reserva. El resultado fue la anulación del sistema informático que gestiona la venta de billetes y reservas, el embarque de pasajeros y la facturación de equipajes de la compañía en todo el mundo. El personal de Iberia tuvo que realizar todas estas funciones a mano, lo que provocó enormes colas ante los mostradores de venta y embarque y el retraso progresivo en la salida de los vuelos desde todos los aeropuertos españoles. Reubicación de pasajeros Al final de la tarde, la ralentización de las labores de embarque ya había provocado la suspensión de quince vuelos con salida desde Barajas, dos a París, dos a Bilbao, uno a Lisboa, uno a Ámsterdam, uno a Ginebra, uno a Zurich, uno a Francfort, uno a El Cairo, uno a Barcelona, uno a Melilla, uno a Valencia, uno a Málaga, y uno a A Coruña. La aerolínea preveía reubicar a la mayor parte de los pasajeros de estos vuelos en otros con salida posterior. Además de las cancelaciones, Iberia reconocía a esa hora que sus operaciones acumulaban un retraso superior a la media hora en el puente aéreo (Madrid-Barcelona), unos veinticinco minutos en todos los vuelos regionales que opera su asociada Air Nostrum, y en torno a una hora y media para el resto de operaciones con destino a todo el país. El otro colectivo con graves problemas por la caída del sistema informático de Iberia, además del pasaje con billete, fue el de los que habían realizado reservas, pues la falta de conexión telemática hacía muy difícil que se pudiesen confirmar las compras previas y que el personal de la aerolínea emitiese los billetes para que pudiesen embarcar. Las cancelaciones son fruto, principalmente, de dos incidencias derivadas de los retrasos. Una, que el solapamiento de unos vuelos sobre el horario de despegue concedido a los posteriores provocó la suspensión de alguno, para evitar desorganizar completamente la programación. Y dos, que el retraso en la llegada a destino de tripulaciones y aviones causó la suspensión de algún vuelo que tenía que partir a un tercer aeropuerto y que se tenía que operar con el mismo personal y con el mismo aparato: cancelaciones encadenadas.