Orza viajará a Bruselas por segunda vez este mes para exponer su postura ante la reforma de la política regional Las regiones se disputan un pastel valorado en 30.000 millones al año.
20 jul 2003 . Actualizado a las 07:00 h.En Bruselas, en Londres, en la Baja Sajonia e incluso en Varsovia ya han comenzado a mover fichas ante la inminente apertura del debate sobre el futuro reparto de un pastel valorado en 30.000 millones al año, que es el presupuesto anual de la política regional de la Unión Europea. Galicia no parece dispuesta a perder comba en esta pugna y el conselleiro de Economía, José Antonio Orza, viajará el próximo miércoles a la capital comunitaria, por segunda vez en lo que va de mes, en lo que es una auténtica ofensiva de la Xunta para mantener las ayudas europeas tras la ampliación. Orza tiene previsto mantener reuniones de trabajo con el comisario de Política Regional, el francés Michel Barnier, así como con las responsables de Presupuestos, la alemana Michaela Schreyer, y Transportes, la española Loyola de Palacio. El Gobierno gallego parece dar por hecho que los fondos de cohesión europeos no se incrementarán en el futuro, aunque en el 2004 van a ingresar en la UE diez nuevos países con rentas muy bajas y con grandes necesidades de inversión en infraestructuras, en investigación y en la modernización de sus administraciones. Por eso, la apuesta de la Xunta pasa por «concentrar» las ayudas en las regiones que más lo necesitan, para que Galicia no se vea obligada a pagar el pato de la construcción europea. Además, también pretende que la solidaridad comunitaria no se juegue sólo a la carta de la renta por habitante, sino que se tengan en cuenta factores como el paro, el envejecimiento de la población y la formación. «Informe Sapir» Aunque oficialmente las discusiones sobre la futura cohesión no se abrirán hasta finales de año, cuando el comisario Barnier presentará su propuesta, un debate de este calibre nunca está muerto del todo. Y de ello se encarga también la Comisión Europea, que la semana pasada presentó el informe del catedrático belga André Sapir, convertido en una especie de globo sonda que propugna desmantelar políticas comunes como la agrícola y reservar lo que quede de cohesión únicamente para los países candidatos. Y si varios comisarios, entre ellos Barnier, se han despachado a gusto criticando el contenido del documento, el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, no dudó en calificarlo de «ópera bufa» al más puro estilo italiano, no en vano fue el itálico Romano Prodi el principal mecenas de la producción. El presidente del Comité de las Regiones (CdR), el laborista británico Albert Bore, exigió a Bruselas que rechace «claramente» el i nforme Sapir , pues entiende que incluso atenta contra los principios labrados con cincel en el proyecto de Constitución europea, que sería sacrificada antes de ser aprobada.