
La organización llegó a enviar a Colombia a un ribeirense como «fianza» de la partida de cocaína Un ex guardia civil está procesado por contactar con los colombianos
01 may 2004 . Actualizado a las 07:00 h.La operación Candil que en la primavera del 2002 desbarató el desembarco de más de 1.800 kilos de cocaína, valorados en más de 70 millones de euros, y llevó ante el juez Garzón a una veintena de personas, trece de ellas gallegas, supuso un golpe al resurgir del narcotráfico gallego, pues desmontó una organización que se preparaba para el bautizo de fuego y que ahora se enfrenta a penas que suman un total de 426 años de cárcel y al pago de multas que en su conjunto superan los 2.250 millones de euros. El fiscal, de las conclusiones de la investigación desarrollada por el Juzgado Central de Instrucción número 5, deduce que el ribeirense Manuel González Crujeiras, O Carallán , fue el que estableció los contactos con los proveedores colombianos, al que considera más estrechamente relacionado con ellos. Se da la circunstancia de que este barbanzano estuvo varios años huido de la Justicia por otro proceso relacionado con las drogas, y se asegura que permaneció largo tiempo en el país latinoamericano. La iniciativa de importar una partida de cocaína partió de O Carallán, según la investigación, apoyado por el ribeirense Juan José Sánchez Rodríguez, Juanjo , y el hostelero de A Pobra Domingo Antonio Caamaño Martínez, Facho. A ellos se unió, a propuesta de Juanjo, el ourensano Manuel Rodríguez Conde, que poco a poco fue haciéndose con el liderato de la banda, lo que le permitió dar entrada al ex guardia civil Gerardo Ortega Núñez, alias Felipe, que además de hombre de confianza de Conde tenía contacto con los colombianos, según el fiscal. La trama comienza a urdirse a mediados del año 2001 y al poco comenzó el seguimiento por parte de la comisaría de policía de Ribeira, que constató que la aportación económica del también procesado Antonio Sendón Rodríguez, de Carnota, fue fundamental para sufragar los gastos. El operativo de tierra le fue encomendado a Jaime Jiménez Gabarre, Gitano , vecino de Pontecesures, que además del transporte debía distribuir la droga por España. Mucho nerviosismo Los colombianos exigieron una fianza personal para responder de la operación y ésta consistió en el envío del ribeirense Francisco Rodríguez Folgar, reclutado por Juanjo y O Carallán, que permaneció en Colombia tres meses hasta que decidió regresar tras exigir una quinta parte de la mercancía, en lugar de los 4 o 5 millones de pesetas de entonces que le habían ofrecido. El nerviosismo de éste por su precaria situación económica y la falta de libertad -le habían retirado el pasaporte y el billete para que no se fugara- a punto estuvo de desbaratar la trama. Folgar fue sustituido por el boirense Belarmino Hermo Dieste, Pajarillo , en el puesto de fianza personal. Se fue el 6 de febrero del 2002 y regresó quince días después, cuando todo estaba preparado. A continuación entraban en escena el vecino de Nigrán Ramón Santos Lorenzo, que hizo de enlace de la banda barbanzana con los colombianos; José Carlos Pombar Cameán, de A Pobra, propietario de la emisora con la que comunicaron las coordenadas del barco; y Gonzalo Piñeiro Castro, de Caldas de Reis, que esperaba en Portugal el resultado de la operación, acompañado de Manuel Rodríguez Conde.