Detenidos otros dos miembros de la tripulación por abandonar a los cuatro senegaleses En el registro del buque «Wisteria» en Ribeira se halló documentación sobre los africanos.
30 may 2004 . Actualizado a las 07:00 h.Los agentes de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Ribeira dedicaron todo el fin de semana a tomar declaración a los 17 tripulantes del buque Wisteria, para conocer el grado de implicación de cada uno de ellos en el presunto abandono de cuatro polizones en alta mar. De los testimonios recabados, la investigación cree que alguno de los senegaleses fue arrojado directamente al mar, puesto que la precaria y estrecha balsa que facilitaron a los africanos no tenía ni capacidad ni las mínimas garantías de flotabilidad, de ahí que incluso la posibilidad de encontrar sus cuerpos resulte remota. Según parece, las declaraciones de los tripulantes chinos son coincidentes y no se han producido contradicciones, por lo que la policía está convencida de que los hechos son reales y no las versiones que atribuyeron la denuncia a la venganza de los marineros hacia sus mandos. Otros dos detenidos A consecuencia de los testimonios, en la mañana de ayer pasaron a condición de detenidos otros dos tripulantes, que se suman al capitán y al primer y segundo oficial que desde el sábado estaban en los calabozos de la comisaría y de la Policía Local de Ribeira, con lo que ya hay cinco arrestados por la supuesta responsabilidad en los hechos. Según algunas fuentes, uno de los detenidos es el cocinero, al que se vio conversando con el capitán en la cubierta, el viernes, cuando las fuerzas del orden irrumpieron en el barco de bandera panameña. Precisamente en el registro que los agentes realizaron en el congelador atracado en el puerto de Ribeira, fue hallada documentación que confirma que los polizones estuvieron a bordo, según fuentes de la investigación. Con las pruebas y los testimonios recopilados, los cinco detenidos podrían pasar a disposición del juzgado ribeirense hoy mismo. Mientras tanto, el buque permanece a la espera de la reanudación de las operaciones de descarga de las 3.900 toneladas de túnidos congelados que tiene en sus bodegas. Los problemas se acumulan en torno al barco, puesto que el día que llegó a puerto y que se levantó el revuelo a raíz de la denuncia de un tripulante, se rompió un tubo de refrigeración, por lo que se produjo un vertido que ocasionó dolores de cabeza, vómitos y mareos entre los estibadores, por lo que fue cerrada la bodega. Cuando el viernes llegó un técnico a reparar el conducto, se encontró con que los mandos de la embarcación estaban detenidos, por lo que tuvo que dejar el trabajo a la espera de que la empresa armadora mande personal que se ponga al frente del buque. La compañía es coreana, pero el congelador tiene bandera de conveniencia.