Los observadores internacionales avalan la victoria del chavismo

La Voz

GALICIA

Carter asegura que los recuentos coinciden con los resultados adelantados por el Consejo Nacional Electoral La oposición rechaza el resultado porque, según dice, no le salen las cuentas

16 ago 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Venezuela se libró del ciclón Charly, pero quedó atrapada por el tifón Chávez. Salvo sorpresas del última hora bastante descartables, el actual inquilino del palacio de Miraflores no tendrá que pensar en la mudanza, por lo menos hasta enero del 2007. Al paso que va, si el cuerpo aguanta, puede llegar a enero del 2021, fecha en la que él piensa dejar voluntariamente el poder. La de ayer fue su octava victoria en las urnas y una de las más contundentes. Chávez nunca dudó de que fuese a ganar este referendo, pero no pudo cantar victoria hasta muy avanzada la madrugada de ayer. Once minutos después de las cuatro de la madrugada del lunes, el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Francisco Carrasquero, emitió el primer informe preliminar a través de las pantallas de todas las televisiones del país, que estaban conectadas en cadena, y con el 94,49% de las actas automatizadas escrutadas, revelando los siguientes resultados: ?NO: 4.991.483 (58,25%); ?SI: 3.576.517 (41,74%). Larga espera Los periodistas que aguardamos durante toda la noche los resultados en la sede del CNE, antes del anuncio de esos datos, nos percatamos de que algo raro pasaba porque Jimmy Carter y César Gaviria, los jefes de las dos misiones internacionales de observadores, estaban en la casa y no comparecían ante la prensa. Sí lo hicieron minutos antes que el presidente del CNE sus rectores Sobella Mejías y Ezequiel Zamora, próximos a la oposición, quienes anunciaron que el directorio del CNE iba a emitir un primer boletín con los resultados sin que ninguna de las partes, la empresa Smartmatic y los observadores internacionales pudieran realizar constatación alguna de las actas de escrutinio que aún no habían llegado a la sede del organismo. Esos resultados provisionales fueron suficientes para los chavistas, que apenas media hora después se congregaron a millares ante el palacio de Miraflores para celebrar la victoria coreando los cantos y el discurso de su líder. El comandante estuvo comedido en el tiempo (45 minutos) y conciliador en el tono, ya que dijo que después de este domingo «nadie debe sentirse derrotado». Pidió respeto para «ese grupo de venezolanos que votaron por el sí, con la mente clara y la conciencia limpia. Sus ideas se respetan y este triunfo también es de ellos», dijo. Y añadió: «Ellos son nuestros hermanos, vengan con nosotros a esta nueva etapa de avance y reconciliación». Con la misma contundencia que penetraba en sus mentes el mensaje de su líder carísmático, el chaparrón torrencial que empezó a caer nada más comenzar la concentración caló en los cuerpos de los congregados que no se disolvieron hasta que Chávez abandonó el balcón. La oposición no podía creer lo que estaba viendo porque no le salían las cuentas: las urnas le daban menos votos que las firmas que supuestamente recogieron para solicitar la convocatoria de la consulta. A las pocas horas, un líder opositor empezó a hablar de fraude, pero Carter y Gaviria dejaron sin argumentos a los antichavistas. Aún así, insisten en pedir un nuevo recuento para certificar que no hubo fraude.