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El clon de manzano de Newton

GALICIA

La Casa de las Ciencias de A Coruña celebró su veinte cumpleaños plantando una semilla generada a partir del árbol del jardín del inventor de la ley de la gravedad

11 mar 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

Una tarde de primavera de 1665, un veinteañero Isaac Newton apuraba sus últimos días de vacaciones en la granja de su madre antes de retomar sus clases de bachiller en el Trinity College de la Universidad de Cambridge. Tras una comida copiosa, se sentó bajo uno de los árboles del colegio para aprovechar el rato y disfrutar de un placer tan poco británico como la siesta. Tenía fama de despistado, como muchos de sus antecesores. Pero también pensaba de una forma distinta a la de sus colegas. Quizá en sus sueños se acordó de Galileo, que descubrió las leyes de la dinámica al arrojar diversos objetos desde lo alto de la torre de Pisa. Pero esta vez, el despertar del joven Isaac Newton fue poco plácido. Un fuerte golpe sacudió su cabeza. Una manzana caía de su rama y reclamaba la atención del futuro autor de la teoría de la gravedad. «¿Por qué se cae la manzana y no la luna?», parece que se preguntó el joven investigador. Esa anécdota fue revelada casi sesenta años después por el propio Newton a uno de sus amigos, William Stuckeley, que ejerció como buen cotilla y reveló al mundo el secreto de su colega. De aquella historia salió una teoría que revolucionó el conocimiento de su época y que permaneció vigente hasta que otro ilustre despistado, Einstein, completó el descubrimiento con la definición de otra teoría, la de la relatividad. Lugar de culto Y también salió un lugar de culto y visita para los seguidores del precursor Newton. Su granja en Woolsthorpe, en el condado de Lincolnshire, atrajo a muchos visitantes ansiosos por sentarse bajo el mismo manzano que había sido colaborador imprescindible en la evolución de la historia de la ciencia. De ese manzano, se hizo cargo la Universidad Cambridge, fiel guardiana del legado de Newton. Y en el mismo sitio donde estaba el original se puede ver aún hoy un frutal de la especie flor de Kent descendiente del ejemplar primigenio de hace más de tres siglos y medio. Sus raíces y semillas se han convertido en un símbolo al alcance de muy pocos. De hecho, sólo existen en el mundo tres ejemplares clónicos del mismo manzano, uno de ellos en la propia Universidad de Cambridge. Otro está en los Estados Unidos y el más joven de ellos está desde ayer en A Coruña, al pie de la Casa de las Ciencias, un museo pionero en sus tiempos que cumple ya veinte años. Ayer, en un día especialmente simbólico, marcado por la tragedia del atentado terrorista que sacudió España exactamente un año atrás, el alcalde de A Coruña, Francisco Vázquez, ejerció como improvisado jardinero, ayudado por una cohorte de escolares procedentes de un colegio de Navia, en Asturias. El también presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias se remangó su chaqueta verde -muy propia para la ocasión- y echó suavemente una palada de tierra sobre las raíces del nuevo ejemplar arbóreo del parque de Santa Margarita. «En un día de tan triste recuerdo como el del 11-M, estamos plantando vida», resaltó ante la colonia escolar que seguía muda y atenta la plantación del emblemático manzano de Newton, aunque se trate de un clon del original.