El Papa agoniza en el Vaticano

María Signo CORRESPONSAL | ROMA

GALICIA

Miles de fieles se congregan en San Pedro para orar | Paul Hanna

«Esta noche, el Señor abrirá las puertas a Juan Pablo II», anunció el vicario general La Santa Sede desmintió varios rumores sobre la muerte del Pontífice

01 abr 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

?a vida del Papa Juan Pablo II se apagaba ayer lentamente en el Vaticano, en medio de los rumores sobre su fallecimiento y la resignación de los fieles ante la proximidad de su muerte. A lo largo del día se sucedieron rumores inquietantes, sobre todo cuando se difundió la noticia, más tarde desmentida, de que habría entrado en coma. A media tarde, las cábalas aumentaron de tono, sobre todo cuando se cerró una de las hojas de la puerta de la basílica de San Pedro, lo que significaría que el Pontífice habría perdido la consciencia, un hecho que fue finalmente confirmado en fuentes vaticanas. Hasta las 12,30 horas, el Vaticano no ofreció ningún comunicado oficial sobre el estado de salud del Pontífice. Su portavoz, Joaquín Navarro Valls, ante una sala de prensa abarrotada y durante una corta intervención, leyó un texto en el que se afirmaba que el cuadro clínico del Santo Padre era «estacionario» dentro de la extrema gravedad, aunque matizó que se encontraba «sereno, lúcido y consciente». Navarro explicó que el Papa tenía los parámetros biológicos alterados y su presión arterial inestable, aunque insistió en que «está lúcido y consciente, aunque sedado y con la lógica dificultad para respirar». El portavoz papal recordó que Juan Pablo II sufrió en la tarde del jueves un choque séptico y un paro cardiovascular, por lo que se le llegó a dar la extremaunción. En un primer momento, la situación se estabilizó tras el suministro de antibióticos, pero posteriormente el cuadro general empeoró. Al final de la rueda de prensa, Navarro Valls, profundamente conmovido y con lágrimas en los ojos, admitió: «Hoy vi una imagen que no había visto en 26 años de pontificado». El médico y periodista español colabora con el Pontífice desde 1984. Durante la mañana de ayer, el Papa pidió que se le leyesen catorce estaciones del Via Crucis, lectura que siguió con atención. También recibió a algunos de sus colaboradores, entre ellos a los cardenales Angelo Sodano, Joseph Ratzinger, Giovani Lajolo y Camillo Ruini, quien a su salida contó que había encontrado al Papa «sereno y lúcido». «Hágase la voluntad de Dios», comentaron. «Se está apagando serenamente», fueron las palabras del presidente emérito del Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales, el cardenal Andrea Deskur, gran amigo personal de Juan Pablo II. Fuentes oficiales del Vaticano desmintieron las informaciones que circularon sobre la hipotética muerte del Papa. «Cuando sea el momento, se ofrecerá la información, como ha ocurrido hasta ahora», agregaron. Las puertas Mientras, el vicario general del Papa Juan Pablo II para la ciudad del Vaticano, monseñor Angelo Comastri, al comenzar el rezo del Rosario en la Plaza de San Pedro del Vaticano, aseguró que esta tarde o esta noche «el Señor abrirá las puertas al Papa». «El 16 de octubre de 1978, el Papa con voz joven gritó: Abrid de par en par las puertas y esta tarde Cristo abrirá las puertas al Papa», dijo. En torno al Vaticano se respiraba ayer un aire de tensa espera, acompañado de un silencio nada habitual en la zona. A ello ha contribuido la policía municipal de Roma, que ha cerrado al tráfico las calles adyacentes a la Plaza de San Pedro, sobre todo Via della Conciliazione, que ha sido tomada por asalto por centenares de periodistas y televisiones de todo el mundo. También se han suspendido los últimos actos electorales programados para el día de ayer.