El mundo a los cuatro vientos Al estilo más peliculero, Tom Cruise pidió el viernes a su novia el matrimonio. Es el cuarto del actor, pero Katie se ha pasado a la cienciología y las anteriores no lo hicieron
17 jun 2005 . Actualizado a las 07:00 h.No ha sido el primero, ni por supuesto será el último. Rizando el rizo de los tópicos que parecen perseguirle, el actor estadounidense Tom Cruise eligió lo más alto de la Torre Eiffel para pedirle a su actual novia, la también actriz Katie Holmes, que se casara con él. De madrugada y con todo París a sus pies «porque es bonito y es romántico». Todo un golpe directo a los medios de comunicación que desde principios del mes de abril consideran el romance un simple montaje, después de múltiples alardes en directo y máxima audiencia. En la rueda de prensa de ayer, aparecieron los dos sonrientes y fatigados después de tantas emociones. Katie, con un enorme diamante en el dedo, toda miel en los ojos pero dejando las palabras en exclusiva para su prometido. La visita de Tom Cruise a París no estaba prevista para esto. Se trataba inicialmente de promocionar la última película del eterno adolescente, la nueva versión de La guerra de los mundos de Georges Orwell que ha revisitado la factoría Spielberg. Pero el genial Steven no vino donde será el estreno mundial del filme el próximo 6 de julio. Y en la Paramount y Dreamworks empiezan a cuestionarse si el hasta ahora taquillero actor no puede convertirse en una fuente de problemas. De momento, está desviando la atención de una película que ha costado 130 millones de dólares. Tom Cruise nunca ha negado su pertenencia a la Iglesia de la Cienciología, pero tampoco hasta ahora se había atrevido a hacer proselitismo de forma tan descarada. Un asunto que preocupa a los directivos de la Paramaunt, que empiezan a cuestionarse la realización de la tercera parte de Misión imposible . Dicen los seguidores de Ron Hubbard, el fundador de la secta, que sus adeptos deben amarse entre ellos. Katie Holmes decidió dar el paso este mismo lunes y pasar de sus 26 años de religión católica. Una forma de dar un empujoncito a sus sueños de adolescente, cuando se dormía contemplando el rostro de su amado en el enorme póster de su habitación. El paso que nunca dieron las otras chicas de Cruise, todas actrices. Ni su primera y efímera esposa Mimi Rogers, ni la segunda y en apariencia definitiva Nicole Kidman pasaron por el aro cienciológico. Sus 10 años de matrimonio terminaron bruscamente en 2001 mientras rodaban la última película del genial Stanley Kubrick, en la que ambos daban la medida de su capacidad. Tampoco Penélope Cruz, que también soñaba de jovencita con casarse con el actor de 42 años. La ruptura de la pareja fue tan repentina como el inicio de su romance con Kate Holmes, heroína en la serie Dawson y en la reciente Batman begins . Después de tal cúmulo de emociones en París, la pareja viajó ayer a Marsella, donde un alcalde del partido gobernante, la UMP, decidió nombrar a Cruise ciudadano de honor con medalla incluida. La reacción de la Asociación Nacional de Víctimas de las Sectas fue un comunicado durísimo para alertar al edil contra la «infiltración en los poderes públicos de los grupos sectarios», con el agravante de que la Cienciología «utiliza el lobbying para reemplazar la legitimidad democrática».