La importancia de llamarse Manolo

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GALICIA

La revista «Forbes» nombra al zapatero español Manolo Blahnik segundo diseñador más influyente del momento, por delante de los italianos Dolce & Gabbana y Prada

04 nov 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

El New York Times lo coronó en su día como el «rey del calzado». Madonna aseguró que sus zapatos «eran mejor que el sexo» y la serie Sexo en Nueva York lo convirtió en un fenómeno de masas. Al «emperador del tacón», Manolo Blahnik, canario de nacimiento e internacional por vocación, nunca le han faltado los reconocimientos. Hace unos días, la revista Forbes se sumaba al fenómeno fan y lo erigía como el segundo diseñador más influyente del mundo en la actualidad, por encima de la mismísima Prada. Su entrada en el top ten de las pasarelas confirma la trayectoria de este hijo de un empresario bananero checo, de quien cuenta la leyenda que su incursión en el mundo del calzado fue, como todos los grandes inventos, por casualidad. Después de estudiar derecho en Suiza y Bellas Artes en París, fue la recomendación de una editora de Vogue en EE.?UU. lo que lo decidió a colarse en la suela de millones de mujeres. Tras abrir su propia tienda en Londres en los setenta, figuras como Jacqueline Kennedy o la princesa Diana comenzaron a calzarse sus creaciones. Sin embargo el éxito de su negocio, que factura cada año más de 75 millones de dólares, nunca ha estado en el distinguido pie, sino en la calidad del zapato. Con precios que oscilan entre los 500 y los 2.500 dólares, cada pieza de Blahnik es única, y pasa por cincuenta procesos antes de salir al escaparate. Popularizados como manolos, sus creaciones han inspirado incluso algunas de las escenas más memorables de la pequeña pantalla. Como, por ejemplo, aquella en la que Sarah Jessica Parker, la protagonista de Sexo en Nueva York, es atracada por un ladrón y prefiere desnudarse antes que entregarle sus manolos . Para Forbes, la influencia de Blahnik es indudable tanto por sus numerosos premios, entre los que destacan la Aguja de Oro de América o la Medalla al Mérito de las Artes, como por su resonancia mediática, ya que sólo en el 2004, Blahnik fue objeto de 1.629 reportajes únicamente en la prensa norteamericana. Junto al español, otros nueve diseñadores han sido destacados por la publicación como los dioses de las tendencias. En la elaboración de la lista, Forbes tuvo muy en cuenta que todos los elegidos «debían concebir sus diseños como una forma de autoexpresión, y haber conseguido crear un estilo propio en el mercado». Bajo este concepto, y contando con la opinión de diversos expertos, consagrados como Miuccia Prada, Dolce & Gabanna, o el alma de la casa Chanel, Karl Lagarfeld, quedaron relegados a puestos más bajos detrás de los nuevos talentos. En el número uno se sitúa Christopher Bailey, el diseñador encargado de la marca Burberrys, que compartió la gloria con otros transgresores, como la japonesa Rei Kawakubo. Cuatro nombres más, Ralph Lauren, Stefano Pilati, nueva cara de Ives Saint Laurent, Isaac Mihzari y John Varvatos completan la enumeración. En el tintero de los olvidados se quedan clásicos como Giorgio Armani o Donna Karan, a los que la revista económica reconoce su valor en la pasarela, pero asegura que hace tiempo que «pasaron de moda».