
Pescadores de caña que se encontraban en la playa de Doniños avistaron sus cuerpos flotando en el mar La familia de uno de ellos había denunciado que faltaba de casa.
02 mar 2006 . Actualizado a las 06:00 h.Los jóvenes perdieron la vida ayer en la costa de Ferrol. Según se cree, faenaban al percebe en acantilados de la zona, aunque carecían de carné profesional. Se trata de Iñaki Reinoso Prados, de 17 años, vecino de la calle Paraíso, de Narón, y Martín Andrés Rodríguez González, de 18 años, nacido en Montevideo y residente ahora en Ferrol. Dos pescadores de caña que se encontraban en la playa de Doniños fueron quienes dieron la voz de alarma, sobre las once de la mañana, al ver algo que flotaba entre aguas ya cerca de la arena. La llamada de emergencia de los pescadores fue realizada con el teléfono móvil de uno de ellos, a través del 112, centro operativo que lo comunicó a Salvamento Marítimo. Fuentes de este servicio informan de que salió inmediatamente el helicóptero Helimer Galicia , cuyos tripulantes avistaron el cuerpo que veían los pescadores, pero, a unos 200 metros de distancia, descubrieron otro cadáver. El centro de coordinación lo comunicó a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Ferrol-Narón. Este cruce de información se llevó a cabo en escasos minutos. Sobre las once y media llegó a la playa de Doniños, la más popular de Ferrol en época estival, una patrulla policial. Uno de sus agentes no dudó en adentrarse en el mar con la ropa que llevaba para arrastrar hasta tierra uno de los cuerpos, ayudado por los pescadores. La médica de una ambulancia del 061 sólo pudo certificar que ambos muchachos estaban muertos, por lo que dio paso a la forense de guardia, del Juzgado de Instrucción y Primera Instancia número 2 de Ferrol. A partir de entonces la labor fue policial. Agentes especializados procedieron a extraer las huellas dactilares de los chicos para su identificación. Nada se sabía sobre sus datos, aunque se sospechaba que al menos uno aclaraba la desaparición de un joven denunciada por su familia la noche anterior. La hipótesis El mayor de edad vestía un traje de neopreno como el que utilizan los escafandristas, pero calzaba deportivos. Esta indumentaria y la mochila que aún portaba son los indicios que han llevado a pensar que ambos se dedicaban a extraer percebe en los acantilados de la zona momentos antes de perder la vida. Además, posteriormente, su coche (un Citroën ZX) fue hallado aparcado en la zona de O Pieiro, desde donde se accede a estos cantiles. El muchacho de 16 años usaba también ropa especial de abrigo. Pudo ser un golpe de mar. No ofrecía peligro a primera hora del día, pero luego, a media mañana, cuando se acercaba la bajamar se tornó violento, con lluvias y rachas de viento. Esta combinación de elementos pudo arrojar al mar a uno o a los dos. O uno de ellos habría intentado auxiliar a su compañero en peligro y ambos fueron arrastrados por las olas. Dada la posición en que fueron localizados y el viento sur que soplaba, parece que todo podría haber ocurrido en los acantilados de Lume Bo, situados entre la playa y la entrada a la ría, una zona rica en percebe explotada por la agrupación de la Cofradía de Pescadores de Ferrol. La temperatura del agua y el cansancio habrían acabado finalmente por derrotarlos. Los resultados de ambas autopsias confirmaron el ahogamiento.