
El taller de artesanía sacra madrileño de Luis Molina Acedo realiza por encargo del cabildo la primera reparación íntegra de la pieza en 155 años de existencia
28 mar 2006 . Actualizado a las 07:00 h.Santiago tiene calles dedicada a los plateros y a los azabacheros. Sin embargo, los artesanos encargados de restaurar (por encargo del cabildo) el Botafumeiro son de Madrid. El incensario fue enviado hace tres semanas al taller de artesanía sacra de Luis Molina Acedo, que hace 45 años fundó una empresa dedicada a la orfebrería religiosa que lleva su nombre y lo ha dado a conocer en todo el mundo. La pieza se somete a su primera restauración integral en 155 años de vida. Fue fabricada en 1851 por un artesano gallego llamado Losada y hasta hoy sólo requirió pequeñas reparaciones. Unos retoques que no siempre se hicieron con el mimo necesario. El segundo hijo de Luis Molina, Raúl, es el jefe de producción de taller. Explica que parte de su tarea ha sido «retirar los tornillos» que se emplearon en la última intervención. El cabildo compostelano quiere que el Botafumeiro esté de vuelta en Semana Santa. Para lograrlo, el taller puso a 15 profesionales a trabajar a destajo. La restauración se ejecuta «a toda velocidad», indica Molina, que espera emplear unas cien horas de trabajo de las que ya llevan sesenta. El botafumeiro ha sido desmontado y pulido al completo. También se le ha dado un baño de plata de veinte micras de espesor que devolverá el brillo al cuerpo creado con una aleación de latón y bronce. El objetivo, explica Raúl Molina, es «realizar una restauración conservadora que devuelva la obra a su esplendor original; por eso hemos respetado los forjados originales -añade-, no puede parecer que fue fabricada anteayer». Otra clave es la seguridad. Así, relata que se revisó «exhaustivamente el anclaje para evitar que se produzcan accidentes en el vuelo», en que sus 80 kilos alcanzan los 70 kilómetros por hora. La obra será costeada por el cabildo santiagués, que mantiene una larga relación de confianza con la empresa de los Molina. Ellos confeccionaron dos réplicas del Botafumeiro. Una de ellas funciona como reclamo de un conocido comercio de la compostelana rúa del Villar. La otra fue realizada en 1971 en plata y hoy sustituye al original en reparación. La fabricaron en sólo un mes y la acabaron el día antes de su estreno, el 19 de septiembre. El compromiso con su trabajo hizo que el fundador del taller, Luis Molina, que fue el piloto más joven de España y hoy tiene 81 años, trasladase la obra en avioneta desde Madrid a Santiago. Pero la firma también crea fuera del ámbito religioso. Es más, elabora los trofeos de las 500 millas automovilísticas de Indianápolis y del máster de golf de Augusta.