Uno de los interrogantes que más intensamente intrigó a la humanidad acaba de ser resuelto por tres británicos: el profesor de genética John Brookfield, el filósofo de la ciencia David Papineau, y el granjero Charles Bourns. Estas tres lumbreras han establecido que yema y clara anteceden al ave en la tradicional disputa sobre si fue primero el huevo o la gallina. La razón es que el material genético no se transforma durante la vida del animal, por lo que el primero que en el transcurso de la evolución se convirtió en gallina existió antes como embrión. La cuestión les parece tan palmaria que Papineau argumentó: «Es un huevo de gallina si en su interior lleva un pollo». A su juicio, si un canguro pusiese un huevo, y de él saliese un avestruz, el huevo sería de avestruz y no de canguro.