Reportaje | Un crimen sin revolver La policía holandesa investiga el entorno del joven de 27 años natural de A Peroxa, cuyo cuerpo apareció sin vida en abril en aguas de un canal de Amsterdam
22 jul 2006 . Actualizado a las 07:00 h.Han pasado casi cuatro meses desde que el cuerpo del ourensano Eriberto Bouzo Pereira apareció a orillas de un canal cercano a la ciudad de Amsterdam, y su muerte aún es un enigma. Al menos oficialmente, puesto que hasta ahora no se ha producido ninguna detención relacionada con la muerte del joven, de 27 años y natural de la localidad de A Peroxa. Bouzo, militar profesional del cuerpo de paracaidistas y aficionado al culturismo, trabajaba como vigilante de seguridad en una discoteca y se había desplazado a la capital holandesa a principios del pasado mes de abril, acompañado de un amigo ourensano. Se desconocen las circunstancias que motivaron aquel viaje, aunque apenas unos días después de su llegada y tras permanecer desaparecido, su cadáver fue encontrado con síntomas de violencia, confirmada luego con la autopsia. Se ponía en marcha entonces una investigación por parte de la policía holandesa, la Politie, en colaboración con la Guardia Civil de Ourense, que en las últimas semanas se ha centrado en investigar el entorno más cercano de Bouzo. De hecho, cuatro agentes procedentes de Amsterdam -tres hombres y una mujer- se trasladaron la pasada semana a Galicia para tomar declaración a personas del círculo de amistades más próximo al joven, con la certeza de que es en ese ámbito donde se encuentra la clave de la muerte violenta de Eriberto Bouzo. Después de varios días recopilando información, los agentes emprendieron el regreso a Holanda el sábado pasado. Atar cabos En todo caso, y según confirmaron fuentes cercanas a la investigación, es muy probable que dadas las pruebas conseguidas durante su estancia en Ourense, con las que se habrían logrado «atar todos los cabos», los agentes holandeses regresen a la provincia dentro de poco tiempo para practicar alguna detención. Mientras tanto, la muerte de Eriberto Bouzo continúa siendo un caso abierto del que los medios de comunicación holandeses se han hecho eco en numerosas ocasiones. Tanto es así que varios programas de televisión emitieron en más de una jornada todos los datos relativos al joven ourensano y las circunstancias en las que podría haberse producido su muerte, con la intención de buscar posibles testigos que hubieran podido verlo en compañía de otras personas o en lugares desconocidos para la investigación. Además, también se puso a disposición de los ciudadanos un número de teléfono para recabar cualquier tipo de información. La noticia Ya en España, la familia de Eriberto Bouzo conocía el suceso de su muerte a través del amigo que lo había acompañado a Holanda. Fue él quien tuvo que identificar el cuerpo y quien, de regreso a Ourense, se encargó de avisar a las fuerzas de seguridad, puesto que no conocía el domicilio de los familiares, en la pequeña localidad de Vilarrubín. Nadie podía creer lo sucedido.