Productores acuículas alegan que las granjas sólo echan al mar residuos no contaminantes
GALICIA
La Asociación de Productores de Rodaballo de Galicia (Aroga) reconoce que las piscifactorías generan residuos, pero alega que lo que vierten al mar no es material contaminante. Esta organización respalda, de esta manera, las tesis mantenidas por la dirección de Prodemar tras la denuncia realizada por una agrupación ecologista que afirmaba que la granja de esta empresa en Camariñas no contaba con permiso de vertidos y podría depositar en las aguas restos de antibióticos que se utilizan para tratar enfermedades de los peces. Aroga desmintió ayer estas acusaciones. «Su uso está prácticamente erradicado salvo en casos excepcionales en los que se pueda utilizar, pero bajo estrictos controles facultativos». En estos términos se expresaba el gerente de esta asociación, José Cacabelos. «Yo reto a cualquier persona a que encuentre en el agua que se deposita en el mar restos de antibióticos. Decirlo sin pruebas, sin análisis, es una inconsciencia», matiza. Sin permiso Esta asociación, en cambio, confirma que la instalación que la compañía Stolt Sea Farm, con la marca Prodemar, tiene en esta zona sí está vertiendo al mar sin el permiso de Augas de Galicia. Aroga achaca esta situación a trámites burocráticos que dificultan la obtención de esta licencia. «Es una cuestión de tiempo, nada más que eso. Todos nuestros asociados realizan controles periódicos sobre los vertidos que realizan al mar y que luego presentamos a la Xunta. Los valores que presentan son muy semejantes a los de esta piscifactoría, aunque la granja de Camariñas no cuente todavía con la autorización de Augas de Galicia», explica Cacabelos. Aroga afirma que todas las granjas en las que se cultiva rodaballo en Galicia acordaron, con la Consellería de Medio Ambiente, el pago de un canon de saneamiento que se cobra con carácter retroactivo. En esta asociación entienden que este hecho es un reconocimiento implícito de la legalidad de los vertidos de esta instalación. A pesar de todo, la Consellería de Medio Ambiente, tras conocerse este caso, decidió paralizar la autorización solicitada por Prodemar, hasta comprobar si los vertidos que realiza al mar son contaminantes. Este departamento autonómico también anunció que varios de sus técnicos inspeccionarán en breve esta planta.