Analizan si el polonio afectó a una gallega que trabajó en la oficina de un magnate ruso en Londres

Imanol Allende CORRESPONSAL | LONDRES

GALICIA

Cristina y su novio

El Gobierno español descarta riesgos para los pasajeros afectados Los médicos del ex primer ministro ruso Gaidar afirma que ha sido envenenado

30 nov 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

El envenenamiento del ex agente ruso Alexánder Litvinenko ha dejado de ser sólo una enigmática trama de espionaje para convertirse en un asunto de salud pública que llega incluso a España. El Gobierno de Tony Blair confirmó ayer que se hallaron restos de polonio 210, la sustancia radiactiva usada para el asesinato del espía, en doce lugares de Londres y en al menos cuatro aviones de British Airways y uno de la aerolínea rusa Transaero que aterrizó ayer en Heathrow. Entre las decenas de personas que están siendo sometidas a controles de radiación está la gallega Cristina López que trabajó durante una semana en una oficina de Boris Berezovsky, el ex oligarca ruso relacionado con la víctima. Cristina López, de 31 años y natural de O Porriño, confirmó ayer a La Voz cómo ha tenido que someterse a análisis por la posible exposición al polonio. «Me encuentro en observación -explicó desde su domicilio londinense- puesto que la compañía para la que trabajo, Startide.org, es responsable del sistema de control domótico de las oficinas de Berezovsky en Down Street, donde trabajaba Litvinenko. «Debido a que en el lugar se detectó el pasado fin de semana restos de radiación, los programadores que trabajamos allí del 8 al 14 de noviembre estamos siendo sometidos a algunas pruebas por precaución», explica. No obstante, el hecho de que ni Cristina ni sus compañeros tuvieran contacto directo con Litvinenko, hace «posible, aunque por suerte muy improbable, una contaminación ». El ministro del Interior británico, John Reid, compareció ayer en los Comunes para dar más detalles del caso Litvinenko. Unas 69 personas han sido remitidas a la Agencia de Protección de la Salud (HPA) para su observación y 18 -21, según The Guardian - han tenido que ser trasladadas a una clínica de análisis radiológicos. Scotland Yard ha encontrado polonio 120 en 12 de los 24 lugares investigados en Londres. La radiación de este elemento tiene una vida media de 138 días. Pero quizás el hallazgo más sorprendente ha sido en dos aviones de la British que hicieron la ruta Londres-Moscú, y que luego fueron empleados en conexiones a otras ciudades, entre ellas Madrid y Barcelona. La ministra de Sanidad, Elena Salgado, considera que «no hay razón para recomendar la realización de análisis con carácter general a todos los viajeros» de los 26 vuelos afectados entre el 4 y el 26 de noviembre, dado el bajo riesgo. Con lo que las sospechas vuelven a apuntar hacia Moscú. Uno de los dos rusos con los que Litvinenko se reunió, Andréi Lugovoi, regresó a su país en uno de los vuelos el 3 de noviembre. Alex Goldfarb, amigo del ex agente muerto, indicó ayer que «el primer vuelo en el que la policía está interesado, voló de Moscú a Heathrow el 25 de octubre, una semana antes del envenenamiento». Para completar la trama los médicos del ex primer ministro ruso Yegor Gaidar señalaron que fue envenenado la pasada semana durante su estancia en Irlanda con una sustancia no natural. La policía irlandesa ha abierto una investigación.