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La Casa de Galicia de Las Palmas lleva comida y juguetes a 15.000 personas

La Voz S.?G. | CARBALLO

GALICIA

06 ene 2007 . Actualizado a las 06:00 h.

?omo cada año desde hace más de medio siglo, la Casa de Galicia de Las Palmas de Gran Canaria ejerce de anfitriona de la solidaridad insular y reparte comida y juguetes entre las familias más desfavorecidas de la isla. Los números van a más cada año. Los de este son los siguientes: casi setenta toneladas de alimentos y 47.000 juguetes, a repartir entre unas 15.000 personas. Todo este material procede de donaciones de particulares, empresas e instituciones, realizadas a lo largo de las últimas semanas, apoyadas por festivales, instituciones públicas y mucha información. Los beneficiarios se eligen en función de las listas que le pasan a la Casa de Galicia desde los servicios sociales municipales, los centros de acogida, parroquias o las propias familias. Como siempre. Los niños son los principales destinatarios. «Este año hemos percibido un crecimiento importante en la bolsa de niños, de más de un 30%, la mayoría procedente de la inmigración», explica Ricardo Villares, de Xermade (Vilalba), presidente de la Casa de Galicia desde hace 21 años. Una parte de ellos, sin cuantificar, habrá llegado en patera a las Canarias. Villares y a su gente, que forman un colectivo voluntarioso de unas cien personas (mitad gallegos o descendientes o vinculados, mitad canarios), tuvieron tres días muy intensos. El primero, el pasado jueves, «con 20 horas de trabajo», para repartir los alimentos y los juguetes. El segundo fue el viernes, con la Cabalgata de Reyes de Las Palmas, que también organiza la Casa de Galicia, y en la que tomaron parte unas 2.000 personas. Ya forma parte del paisaje de la capital insular y es una larga tradición que la organicen los gallegos. Y la tercera jornada a tope fue la del día 6, con visitas, acompañados de los Reyes Magos, a centros de acogida, asilos, hospitales y otros lugares, tanto de la ciudad como de los municipios próximos, como Telde. «El día 7 fue el momento de descansar y dormir profundamente», concluye Villares con humor.