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El ourensano que se coló en Corea del Norte para comprar ginseng

La Voz PEPE SEOANE

GALICIA

24 may 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

LA perspectiva de importar ginseng desde Corea del Norte y distribuirlo en Galicia, en España o en Europa, que los límites tampoco están muy claros, sólo la podía señalar alguien con vocación comercial. José Posada Enríquez, a sus 33 años, la tiene. Lo suyo es genético. Y si el padre es capaz de vender castañas en medio mundo y llevar la marca Marron Glacé desde Moscú hasta Japón, Posada jr. también las pilla al vuelo. Pasó tres años en Japón y tuvo ocación de ampliar horizontes. Descubrió entonces el ginseng. Sin prejuicios, se dejó caer por Corea del Norte en 2005. Su primera aproximación la hizo como turista, lo cual le permitió palpar un país con una muy estricta burocracia, «donde en ningún momento he visto la pobreza, ni la miseria de la que tantas veces hablan los medios occidentales», matiza, sin dejar de resaltar que el país está técnicamente en guerra con Estados Unidos. Que en algún momento haya visto misiles es, desde su punto de vista, normal. Consumo directo Se trajo José Posada de aquel primer viaje varios paquetitos de ginseng, en cajetillas del tamaño de un paquete de Ducados. Y reafirmó su sensación en el sentido de que este tubérculo, del que informa que precisa de ocho años para una correcta maduración, que se produce en zonas llanas, del que se hacen licores, dulces y miel, aparte del consumo directo, es mejor que el producido en otros países de la zona. El reto de abrir un mercado, de formalizar lazos comerciales con un país alejado de los circuitos convencionales, puso lo demás. En abril regresó José Posada a la República Democrática Popular de Corea. La casualidad hizo que viajase en el mismo avión un equipo de Telecinco y, aparte de su trabajo, que era iniciar contactos, también fue un guía ocasional. Setas en Rusia Sabe de las dificultades. Tiene claro que deberá superar los prejuicios que existen hacia Corea del Norte y advierte que en este país se están produciendo buena parte de las bombillas de bajo consumo que se utilizan por estos lares. Lo suyo, lo de la empresa familiar, Marron Glacé S.L., no es ninguna locura. Y si han conseguido completar los trámites para importar setas de Rusia, por qué no el ginseng de Corea del Norte para incorporarlo a un muestrario donde reina la castaña, pero donde también asoman los grelos, los almendrados y las setas. Que al final no sale nada, «pues queda una experiencia apasionante». El mercado de los herbolarios y las parafarmacias es un mundo desconocido. Pero nada frena a ginseng-man .