Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Condenado a 32 años de cárcel el asesino de la asistenta de Candeán

GALICIA

18 jun 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El tribunal de la Quinta Sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo, castigó con 32 años de cárcel y 390.000 euros de indemnización a Juan Carlos Lago Encisa por asesinar mediante asfixia a María del Carmen Casal Carrera, agredirla sexualmente con ensañamiento y robarle sus joyas y dinero. El crimen fue perpetrado el 2 de septiembre del 2004 en un bosque de la parroquia viguesa de Candeán.

La familia de la víctima se reunió ayer en en el bufete de Morgade, Davila y Álvarez para valorar la sentencia. La hermana y cofundadora de la asociación Avidev, María Teresa Casal, indicó ayer que la sentencia no le parece justa «porque esos 32 años no sirven de nada si él sale de la cárcel en tres o en siete años». Añade que «la vida de mi hermana vale más, porque él no cumplirá la condena íntegra. Ella está en la tumba, mis sobrinos han quedado sin madre y este señor podrá rehacer su vida».

El crimen de Candeán y el de Sara Alonso causaron gran conmoción en Vigo, lo que impulsó la creación de la Asociación de Familiares y Víctimas de Delitos Violentos (Avidev), que pedirá al Gobierno central que los culpables de homicidios, asesinatos y violaciones cumplan su condena íntegra.

El tribunal considera probado que el acusado atacó con un objeto punzante a la mujer, de 46 años, cuando transitaba a las nueve de la mañana por un camino forestal hacia la casa donde trabajaba como asistenta. Le rodeó el cuello con una cuerda y la arrastró 40 metros hacia un claro del bosque. Allí, le arrancó su bolso y la despojó de su cadena y una medalla. El tribunal impone por este robo cinco años de cárcel, uno más de lo que pedía el fiscal.

Luego exigió a María del Carmen que se desnudase, le rasgó la camiseta, le efectuó tocamientos y la pinchó en el pecho y en la espalda. Por ello, el tribunal lo ve culpable de una agresión sexual con el agravante de vejación y humillación a su víctima, «con un comportamiento cruel y brutal», por lo que elevó la pena que pedía el fiscal de cinco a siete años.

El acusado permitió a María del Carmen que se vistiese con su mandilón. Al darle la espalda, aprovechó que ella estaba desprevenida y confiada en salir viva y se abalanzó sorpresivamente y sin darle oportunidad de defenderse. Le apretó el cuello con sus manos, la derribó y la golpeó contra el suelo, lo que le causó una fractura del cráneo y una hemorragia cerebral que la dejó inconsciente. El agresor le introdujo en la boca la manga de una chaqueta y la mató mediante estrangulamiento y obstrucción de las vías aéreas.

El asesino quiso rematarla y le introdujo una bolsa en la cabeza y le dio varios golpes con el marco señalizador de una finca. Ocultó el cadáver entre unos helechos y se deshizo de la tarjeta del móvil. La Audiencia lo castiga con 20 años de cárcel por asesinato con alevosía, cinco menos de lo que solicitó el fiscal porque el ensañamiento ya fue incluido en la agresión sexual. Queda absuelto de detención ilegal al desconocerse la hora exacta de la muerte.

La Audiencia, que calificó el crimen de perverso, descartó que el acusado actuase bebido y rechazó la eximente de locura porque su trastorno de personalidad psicopática no le impide distinguir el bien del mal. Sospecha que el implicado falseó sus respuestas en los test psicológicos para simular que sufría mayor trastorno. La defensa recurrirá la sentencia.