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Villarino, una víctima colateral a la que Caride desplaza por segunda vez

GALICIA

20 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Dolores Villarino era la secretaria de Medio Ambiente y Territorio de la ejecutiva del PSdeG hasta que en el cónclave que los socialistas celebraron en julio Emilio Pérez Touriño designó a la conselleira María José Caride para que se ocupase de dicha área. Villarino fue la número tres de su partido en Pontevedra para las autonómicas del 2005, y su puesto de primera mujer en la candidatura será ocupado ahora por Caride también.

Ese argumento, el de que es Caride quien desplaza a Villarino, fue recalcado ayer por socialistas vigueses para atribuir exclusivamente a Touriño la decisión de jubilar del Parlamento a su todavía presidenta al apostar ahora por la conselleira de Política Territorial. «Lola es una víctima colateral y no era el objetivo», apunta un dirigente socialista, que admite que vigueses, pontevedreses y arousanos habían pactado hace días la correlación de fuerzas territoriales en la lista para las autonómicas.

¿Y por qué un pacto al margen de la dirección del PSdeG? Líderes del partido socialista en Pontevedra consultados aseguran que no habían recibido ninguna indicación para proponer a las asambleas locales la inclusión de Caride en la candidatura de la provincia hasta que se puso en evidencia que la agrupación pontevedresa no la había respaldado y que la de Arousa solo le había dado tres votos.

Manifestado el malestar de Touriño con esa situación, los dirigentes de la provincia se conjuraron para tratar de evitar más imposiciones y así pactaron el número e incluso el orden de los puestos. La clave del acuerdo era otorgar tres puestos de salida para Vigo, al entender que un cuarto rompería el equilibrio provincial.

Pacto roto

Pero incluso ese pacto se rompió al final, evidenciando que la pugna por las listas solo es una de las batallas de la guerra que está por llegar: la del control de las ejecutivas provinciales que el PSdeG deberá elegir tras las autonómicas. Este órgano será vital para determinar listas y equilibrios internos, pero sobre todo para ir tomando posiciones ante la posible sucesión de Touriño, si es que esta se produce en las elecciones del 2013.

Por ello, Vigo quiso el sábado forzar la máquina y demostrar su fuerza con tres puestos al margen del de Caride. El resto de la provincia jugó a lo contrario, demostrando a los dirigentes vigueses que el poder de la provincia no está en su mano. Y ante ese pulso, el acuerdo tuvo que llegar de la mano de Touriño, quien con los datos de las agrupaciones de la provincia en su poder dejó caer a quien tenía menos votos, aunque fuera una de sus máximas y más antiguas seguidoras. Pero es más fácil recolocar a Villarino que afrontar unas elecciones con la provincia que se encabeza con una guerra adelantada.