La casualidad quiso que un pesquero sacase del fondo del mar en Ferrol el cuerpo de María Teresa Troncoso, la mujer de Nigrán asesinada. Su ex pareja ya está en prisión
31 ene 2009 . Actualizado a las 02:08 h.Pudo haber sido un crimen perfecto, pero su asesino no contaba con que las redes de un pesquero acabarían sacando el cuerpo sin vida a la superficie. María Teresa Troncoso Comesaña desapareció de su domicilio el 8 de noviembre del año pasado. Un colgante de oro con su nombre que siempre llevaba puesto sirvió para identificar aquel cadáver que surgió del fondo de la ría ferrolana de Ares.
Las pruebas de ADN confirmaron días después que se trataba de María Teresa, madre de tres hijos, empleada en una empresa de limpieza del Val Miñor, que vivía con su madre y su niña de tres años en una humilde vivienda del municipio pontevedrés de Nigrán.
La noticia destrozó a su familia. Siempre pensaron que María Teresa volvería algún día a casa, que tarde o temprano regresaría porque no podría estar tanto tiempo separada de su hija pequeña. Nunca pidieron la ayuda de sus vecinos para localizarla. Tampoco organizaron batidas de búsqueda, ni pusieron ningún cartel en el Ayuntamiento con su ayuda pidiendo cualquier pista que pudiera llevar a localizarla.
La mayoría de los residentes del barrio de Comesaña desconocían que María Teresa había desaparecido, hasta que los marineros del Cayonesa Dos recogieron casualmente entre sus redes su cadáver, que estaba en avanzado estado de descomposición.
Los familiares prefirieron que su desaparición no fuera noticia. Una denuncia de la madre en el puesto de la Guardia Civil de Baiona fue el único paso que dieron cuando, días después, continuaban sin tener pistas acerca de su paradero.
Maltrato
Las declaraciones de la familia han sido fundamentales para lograr detener a su antiguo compañero sentimental, José Zapatero, padre de la niña pequeña de Teresa, que se quedó con ella desde el momento en el que desapareció la mujer. Ni la madre de la víctima, Matilde, ni uno de los primos ocultaron nunca que este hombre, presuntamente, maltrataba a María Teresa. «Una vez incluso le rajó el coche», relataba Matilde en su domicilio, al día siguiente de aparecer el cuerpo de su hija. Y, sin embargo, ella nunca presentó una sola denuncia a causa de esos supuestos malos tratos que sufría.
La única vez que tuvieron que verse la cara en los juzgados fue al poco tiempo de nacer la niña. Entonces, María Teresa logró que los tribunales le reconociesen la custodia de su hija. Aún así, ella no quiso que perdiera el contacto con su padre.
Fines de semana
La niña pasaba un fin de semana con él cada quince días. La madre se lo dejaba en un centro de Vigo para que pudiera recogerla. Precisamente allí se perdió su pista. Su vehículo apareció aparcado cerca de dicho lugar. Los indicios apuntaron a que su ex pareja había sido la última persona en verla con vida. José Zapatero reconoció tras ser detenido que había estado con María Teresa la noche que desapareció, pero negó su participación en el crimen.
El fiscal lo acusa de homicidio y un juzgado de Ferrol ha decidido enviarlo a prisión de manera cautelar. La jueza que hasta el momento ha llevado el caso optó ayer por inhibirse en favor del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo, que es al que corresponden las competencias por la proximidad del domicilio de la víctima.
Los familiares y amigos de María Teresa Troncoso Comesaña esperan poder enterrar dentro de unos días el cuerpo de la mujer y piden justicia para que su asesinato no quede impune.