Anoche comenzó en la capital lucense una boda gitana a la que está prevista la asistencia de unos 400 invitados procedentes de toda Galicia e incluso de otras comunidades. Las celebraciones continuarán hasta el próximo martes, según indicaron familiares de los novios. El Pazo de Feiras e Congresos acoge la multitudinaria reunión.
Los actos estaba previsto que comenzasen ayer a las siete de la tarde, pero se demoraron alrededor de dos horas. Los contrayentes fueron Susana y Jordi, de 16 y 17 años de edad, respectivamente. La primera de ellas es nieta del patriarca gitano de Lugo, el Tío Antonio. El segundo pertenece a una familia asentada en el municipio de Rábade.
El noviazgo entre ambos contrayentes comenzó hace aproximadamente un año, según contó la madre de la novia, Argentina Salazar, hija del patriarca de Ferrol. «Ya lo ve, tan jovencitos y se nos casan. Lo importante es que les vaya muy bien», comentó la madre de la muchacha que tuvo que someterse en las últimas horas de la tarde al ritual gitano del pañuelo, una ancestral tradición que mantiene en vilo a casi todos los invitados.
Los abuelos, tíos y padres de la novia le regalaron a esta el vestido de tipo oriental que lució en la ceremonia. Por cierto que entre las invitadas predominaron los modelos largos de fiesta. La mayoría de ellos optaron por los trajes con chaleco.
La música gitana sonó por todo lo alto antes de la comida. Los amigos de los contrayentes portaron a la pareja a hombros durante algún tiempo. Tras la ceremonia está previsto que los jóvenes vayan de luna de miel y, a su regreso, fijarán su residencia en Rábade, según comentaron algunos familiares de ella.