Destapan en Vigo una red que timó seis millones con billetes tintados

GALICIA

27 mar 2009 . Actualizado a las 02:13 h.

Un equipo especializado de la Guardia Civil que lucha contra el crimen organizado, el ECO-Galicia, destapó en Vigo una red africana que estafó seis millones de euros a 74 empresarios de toda España mediante el timo de los billetes tintados que consiste en convertir cartulinas negras en euros. Las autoridades sospechan que el número de víctimas es muy superior y que los implicados tienen ramificaciones en Francia y en otros países de Europa. Han sido detenidas 12 personas, las dos primeras en Vigo. El jefe de la organización operaba desde Valencia y era quien seleccionaba a las víctimas.

Entre quince y veinte empresarios engañados, al menos, residen en Vigo. Algunos de los timados llegaron a entregar 40.000 euros a la red a cambio de la promesa de triplicar su dinero, que resultó ser falsa. Varias de las víctimas, en otras localidades españolas, llegaron a perder hasta millón y medio de euros y hubo algún incauto que corrió a hipotecar su casa o su negocio. Otros querían deshacerse de dinero negro, cuya desaparición es ahora difícil de denunciar.

Todo empezó en Vigo, en los meses de septiembre y octubre del 2008, cuando una víctima relató a la Guardia Civil que dos africanos, que simularon ser diplomáticos de alto nivel o inversores ricos, se habían ganado su confianza. Estos, un camerunés y un congoleño, se movían en un coche de alta gama, vestían trajes de Armani y Dolce Gabbana y tenían modales refinados. Pero, en realidad, los millonarios africanos residían en pisos de Vigo de precio medio.

El camerunés M.?S.?N.?H. y el congoleño C.?M.?N. citaban a sus víctimas en hoteles de cuatro y cinco estrellas de Vigo. No reparaban en gastos. La historia era siempre la misma: el régimen de su país había sido derrocado o habían huido de la guerrilla. Para burlar los controles de la frontera, ocultaron sus billetes con un tintado negro.

«Milagrosa» conversión

Casi dos decenas de empresarios y directivos de Vigo se creyeron el relato. Ganada su confianza, los africanos decían que necesitaban dinero en efectivo para adquirir unos caros productos químicos con los que devolver los billetes a su color original. Una vez que compraban el utillaje, hacían una demostración del lavado en una habitación de lujo de un hotel. Metían un billete de curso legal y dos tintados en un sobre y, milagrosamente, al extraerlos aparecían tres de verdad, lo que siempre fueron. El empresario, cegado por la avaricia, compraba un lote de cartulinas recortadas para fabricar más euros.

Los timadores, para garantizarse el silencio de la víctima, recomendaban que no comentase nada entre sus amigos porque todos querrían beneficiarse y el secreto acabaría por llegar a oídos de Hacienda.