Barda, el joven león marino salvado en Galicia, regresa al Gran Sol

EFE

GALICIA

Realiza el viaje a bordo del arrastrero Ferreira Martínez, buque que ya ha participado en otras cuatro ediciones en el traslado y liberación de mamíferos marinos recuperados en el litoral de Galicia.

08 may 2009 . Actualizado a las 02:01 h.

Barda, un joven león marino de poco más de un año de vida, que apareció perdido, deshidratado y hambriento en las costas gallegas, ha iniciado hoy su viaje de regreso a Gran Sol donde será liberado y podrá reunirse con otros ejemplares de esta especie.

Un viaje que realiza a bordo del arrastrero Ferreira Martínez, buque que ya ha participado en otras cuatro ediciones en el traslado y liberación de mamíferos marinos recuperados en el litoral de Galicia.

El ejemplar debe su nombre a la playa de Barda (cabo Roncudo, concello de Ponteceso), una pequeña cala resguardada del viento, a la que llegó el pasado enero éste león marino que quedó inmóvil en la arena, perdido, deshidratado y hambriento.

Había perdido la pista de su grupo, probablemente durante el paso del ciclón Klaus por Galicia.

El animal no pasaba del medio año de vida y sus esperanzas de vida eran escasas, incluso para sus propios rescatadores, la ONG gallega Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (CEMMA).

El varamiento no es raro en el litoral gallego, ya que desde 1990, han quedado atrapados más de dos mil mamíferos marinos, de los que apenas un diez por ciento logró sobrevivir y de ellos CEMMA ha recuperado en diez años más de setenta animales.

Barda fue afortunada. Tras su rescate el ejemplar fue trasladado a las instalaciones de la Sociedade Galega de Historia Natural en Ferrol, donde se le trató una ligera afección en los pulmones y se la alimentó debidamente.

Recuperada, tenía que aprender en el acuario de O Grove a pescar ella misma pescado vivo. Si no lo conseguía, su devolución a la naturaleza sería imposible, pero Barda fue una alumna aplicada, y alcanzó en pocos meses los cuarenta kilos de peso.

Esta mañana, el «Ferreira Martínez» partía en dirección a alta mar, con Barda a bordo bajo constantes cuidados para mantener su cuerpo en perfectas condiciones.

Barda no lleva incorporado ningún sistema de localización, según explicó el biólogo de CEMMA Pablo Covelo, pero volverá a su hábitat natural en cuanto el barco llegue a Gran Sol, donde será devuelto al Océano Atlántico, el mismo que un día la trajo a la playa que le dio nombre, en la Costa da Morte gallega.