La delegada en Galicia y vicepresidenta nacional de la asociación Stop Accidentes, Jeanne Picard, alabó ayer fervientemente la decisión adoptada por el gobierno municipal de Pontevedra de limitar a 30 por hora la velocidad del tráfico en todo el casco urbano y en sus vías de acceso. «Es un auténtico modelo a seguir, no solo para Galicia, sino para el resto de España», afirmó.
Picard aseguró que en Pontevedra se está logrando reducir la siniestralidad y lleva años siendo una ciudad «amable» para los peatones, «en donde la convivencia con los coches es más fácil que en otros lugares».
En cualquier caso, afirmó que la nueva medida de reducción de la velocidad «solo será un éxito si los ciudadanos son conscientes y adaptan su comportamiento». Tanto los conductores como los peatones, matizó, «porque existe mucha indisciplina en ambos colectivos». Una medida que obliga al conductor a frenar al llegar a un paso de peatones elevado, subrayó Picard, «también obliga al peatón a cruzar únicamente por esos puntos».
La experta en siniestralidad vial insistió en la necesidad de implantar un modelo educativo que incluya nociones de seguridad vial «a todos los niveles». Son muchos los colegios gallegos en los que, en colaboración con las policías locales, se imparten cursos de este tipo entre alumnos de todas las edades, pero estas iniciativas han de verse complementadas, insistió Picard, por parte de las familias.