El Parlamento festeja su primera sesión de puertas abiertas con el plantón de Varela y Quintana
GALICIA
Entraron a apretar el botón los del «non» y los del «sí». Subieron la escalinata que conduce al hemiciclo a personas discapacitadas, niños, turistas de Zaragoza o Asturias, junto a señoras con tocado de peluquería que se entrevieron rechinando con el teléfono rojo del escaño de Feijoo. El Parlamento gallego celebró ayer la primera sesión de puertas abiertas de su historia, en la que se derribaron simbólicamente las verjas puntiagudas de la casona de O Hórreo para abrir con aires de fiesta la institución a la sociedad. Una fiesta que, no obstante, estuvo empañada por el plante que Ricardo Varela y Anxo Quintana, los representantes del PSOE y el BNG en el gobierno de la Cámara, protagonizaron en esta sesión.
La presidenta del Parlamento, Pilar Rojo, acompañada en todo momento por el vicepresidente José Manuel Baltar y por el secretario José Manuel Balseiro, no podía disimular su incomodidad ayer a las 10 de la mañana cuando tenía que proceder a la apertura de puertas y comprobó a su alrededor que al acto no acudieron ni los miembros de la oposición en la Mesa de la Cámara, Varela y Quintana, ni tampoco los portavoces parlamentarios del PSdeG y del Bloque, Xaquín Fernández Leiceaga y Carlos Aymerich.
Estas ausencias deslucieron el arranque del acto, si bien hubo diputados de todos los grupos que, a título individual, sí acompañaron a los centenares de visitantes en sus recorridos por las estancias del antiguo cuartel de O Hórreo. Entre ellos figuraban los nacionalistas Henrique Viéitez y Ana Pontón, así como los socialistas Francisco Cerviño y Lage Tuñas, al igual que una veintena de diputados del PP que, también en este acto, actuaron como fuerza mayoritaria del hemiciclo.
Con vocación anual
La propia Pilar Rojo se plantó como una cariátide en el portalón de la Cámara para darle la bienvenida a los primeros visitantes, entre los que figuraban peregrinas procedentes de Zaragoza y algunas integrantes de la Asociación de Viudas de Santiago. «Abriría a porta aínda que só viñesen tres persoas», manifestó la jefa del legislativo en una breve declaración a los medios, antes de remarcar que su voluntad es la de celebrar una sesión de este tipo al menos una vez al año, pues considera que lo importante es que la gente «coñeza o que se fai, que vexa como se traballa» y que alcance a ponerle cara a los diputados.
Para ayudar un poco en la última de estas labores, la sala de exposiciones acogió una muestra con retratos de gran formato de los 75 miembros de la Cámara. Sobre todos ellos destacaban todavía en una zona central, y en un formato mayor, los semblantes de los cinco miembros de la Mesa. «Unha pena que Quintana non viñera a ver o guapo que o puxeron», dijo con guasa un diputado del PP.