«Los cambios en el Gobierno no afectarán a las relaciones con el Vaticano, porque la línea la marca el presidente»
GALICIA
Uno de los pocos factores que han alterado el programa del viaje papal ha sido el cambio de gobierno efectuado por Zapatero este mismo mes. En la remodelación desapareció la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, responsable directa de las relaciones entre España y la Santa Sede. «El Papa quería tener con ella una pequeña deferencia y estaba prevista una audiencia entre ambos», relata Vázquez.
-¿Supondrá algún cambio en las relaciones de España con la Santa Sede la sustitución de la vicepresidenta y la del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos?
-Entiendo que no. Hay tendencia a juzgar a las personas de forma individual, cuando la responsabilidad es colectiva. Los cambios en el Gobierno no afectarán a las relaciones con el Vaticano, básicamente porque la línea la marca el presidente, que es el que decide. Ello no quita para que digamos que el trabajo de María Teresa Fernández de la Vega y el de Moratinos ha sido extraordinario. De la primera, el cardenal Rouco, que no es persona demasiado dada a los elogios, dijo que la Iglesia tenía con ella una gran deuda de gratitud. Y creo que esa opinión estaba bien fundamentada.
-¿Cómo se articularán ahora esas relaciones?
-Espero que los cambios no afecten más allá del relevo de las personas. Yo he pedido que siga habiendo un solo interlocutor con la autoridad suficiente para trasladar transversalmente a todos los ministerios los acuerdos y relaciones con la Iglesia.
-¿Quién es ese interlocutor?
-Creo que debe seguir dependiendo de la vicepresidencia primera, pero que puede llevarse el día a día a través del ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, con el que tengo además una excelente amistad y que está vinculado al movimiento Cristianos por el Socialismo, además de haber escrito diversos libros sobre socialismo y cristianismo.
-¿Qué opinión le merece el cambio de ministros?
-Es muy inteligente y positivo. Todo un revulsivo político. El presidente, conforme a su criterio y conocimiento, ha elegido a los que considera como los más capacitados para llevar a cabo la acción de gobierno y creo que ha acertado en las decisiones que ha tomado.