La operación Muralla, al borde del archivo al perderse pruebas

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

GALICIA

El futuro de la macroinvestigación pasa por revisar el material que se mojó

25 ene 2011 . Actualizado a las 10:47 h.

La operación Muralla, que hace casi cinco años hizo temblar los cimientos de la Diputación Provincial de Lugo al investigar adjudicaciones presuntamente irregulares, podría quedar archivada. Así lo reconocieron ayer fuentes judiciales tras conocerse que muchas de las pruebas obtenidas por los investigadores quedaron destruidas como consecuencia de una tromba de agua que cayó encima de las cajas amontonadas en un sótano del edificio de los juzgados. Ahora, una de las claves reside en revisar lo que quedó para analizar su valor probatorio. Es una tarea compleja que ya tienen proyectada, según algunas versiones, el juzgado y la Fiscalía.

El futuro para la operación es negro. El material que fue archivado en cajas de cartón y depositado sin ninguna otra protección en un sótano llegó a ser foliado (las páginas estarían numeradas). Ese detalle puede que no sea suficiente para ayudar en el expurgo, máxime si quienes asuman la tarea nada tienen que ver con los que diseñaron el operativo. Poder seguir con relativa seguridad una línea acusatoria se presenta como una tarea muy difícil.

Para complicar más la situación, resulta que ninguno de los principales protagonistas del caso tienen relación ahora con la macroinvestigación, que supuso la detención de media docena de personas e hizo que se tambalease en su sillón el presidente de la Diputación, Francisco Cacharro, hasta el extremo de que su partido, el PP, no contara con él para seguir. El fiscal Jesús Izaguirre, cerebro de la operación, se fue a la Fiscalía de Vitoria pocos meses después de acabar el trabajo. El inspector de policía Antonio Nieto, otro de los hombres clave, está ahora desvinculado de la misma.

El «corazón» en un sótano

Diversas fuentes consultadas ayer explicaron que en la habitación que se inundó estaba el «corazón» de la operación Muralla. Todo el material que la policía se llevó de las dos empresas investigadas, Senén Prieto Ingeniería y Setramur, estaba allí. En ese sótano acabaron documentos manuscritos, supuestamente de vital importancia, en los que alguno de los imputados haría referencia a presuntas comisiones. También estarían allí papeles que justificarían que algunos funcionarios, supuestamente, recibían en Navidad diversos obsequios, tal y como se apuntó en su día.

¿Qué es lo que el agua se llevó? Quizás esta pregunta se quede sin respuesta porque posiblemente quienes tengan la misión de sacar adelante el asunto no sepan ni tan siquiera lo que allí había guardado.

«Los autos se podrían rehacer si las partes y el fiscal tuviesen una copia de los mismos, cosa que no sucede. Evidentemente, si no se consigue la reproducción de pruebas esenciales, el caso se desvanece», apuntó ayer el abogado de uno de los imputados. Este letrado explicó, además, que «la operación viene languideciendo desde el momento de la marcha del fiscal Izaguirre». No hay que olvidar que este, antes de abandonar Lugo, dejó solicitada la práctica de unas 50 pruebas y la mayoría fueron rechazadas. Añadió este profesional que «el impulso procesal fue escaso».

Ahora, la Fiscalía lucense, según opinión de algunas personas, no da por abandonada al menos una fase de la controvertida operación Muralla.