La adopción de este pacto, que el portavoz del Bloque llegó a valorar el martes como «un paso adiante na boa dirección», irritó ayer a varios diputados.
22 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.La decisión tomada por la Mesa del Parlamento para mantener todos los coches oficiales y conductores de la Cámara, aunque dejarán de estar vinculados a cargos políticos concretos, fue cuestionada ayer sin contemplaciones por diputados de los tres grupos políticos y de manera especial por el BNG, cuya representante en el órgano de gobierno de la institución, Carme Adán, matiza ahora -en contra de la opinión que sostienen tanto el PP como el PSdeG- que ella «non avalou ningún acordo» propuesto por la presidenta, Pilar Rojo.
Fuentes consultadas por este diario sostienen que los cinco miembros de la Mesa (tres del PP, uno del PSOE y otro del BNG) aprobaron por asentimiento, y sin que hicieran constar en acta votos en contra o abstenciones, la propuesta de Pilar Rojo de acabar con las asignaciones de coches oficiales para ellos mismos.
La adopción de este pacto, que Carlos Aymerich, portavoz del Bloque, llegó a valorar el martes como «un paso adiante na boa dirección», si bien haciendo constar que era insuficiente, irritó ayer a varios diputados, hasta el punto de tacharlo de «farsa». La propia Carme Adán acabó difundiendo una nota en la que se desvincula de lo aprobado, reiterando su voluntad de no utilizar coche oficial aunque tenga derecho a ello.
También desde las filas del PP calificaron el acuerdo de «chamativo», mientras una diputada socialista lo tildó de «paripé», en línea con lo que expresó un compañero de filas que advirtió que la decisión «nin reduce gastos nin lle envía á sociedade a mensaxe que estaba esperando». «A presidenta -agrega- perdeu unha boa oportunidade de tomar una decisión de calado».
Al hilo de esta polémica, el socialista José Manuel Lage retó ayer al PP y al BNG a respaldar una iniciativa que se discutirá la próxima semana en pleno para reducir en un 80 % el parque de coches oficiales de la Xunta, una prerrogativa que solo quedaría reservada para el presidente y los conselleiros. «Hai que acabar co espectáculo -dijo Lage- de que haxa centos de coches oficiais» recorriendo Galicia.