Un empresario de Lisboa sufragará la prótesis del niño portugués
08 ene 2019 . Actualizado a las 22:18 h.Cuando una puerta se cierra otra se abre. La madre de Diogo recibió este popular dicho varias veces la semana pasada a través de las redes sociales cuando tuvo que pasar el trago. Porque la cooperativa para la que reunía tapas de plástico a cambio de una prótesis cambió de portavoz y le exigió una cantidad que doblaba la inicialmente acordada. «Decenas de gallegos y portugueses me mandaron entonces correos de apoyo con esas palabras, gracias a ello continuamos nuestro sueño, y el sábado pasado se abría la otra puerta». Un empresario de Lisboa que prefiere mantenerse en el anonimato para que la campaña de recogida de plásticos, rebautizada ya como «la cadena de favores de Diogo», mantenga ese carácter solidario, pagará la primera mano mioeléctrica del pequeño luso.
«Vino a nuestra casa con toda su familia, nos dijo que había visto las noticias sobre Diogo en los medios de comunicación y que quería conocerlo», recuerda Elisabete Farinhoto. El encuentro fue el pasado domingo, pero la madre del pequeño, que no oculta su ilusión, tampoco quiere dejar de compartirla. «Nada de esto sería posible sin la ayuda incondicional de nuestros amigos de las dos riberas del Miño», resalta. El altruista empresario contactó el martes con la clínica de Matosinhos encargada de la implantación de la prótesis, porque no quiere «que Diogo siga así». La familia nunca dudó de su ofrecimiento, pero ya cuando se produjo esa llamada, se atrevieron a seguir soñando.
El tiempo vuelve a jugar en contra, aunque hay ilusiones renovadas. La negativa de la cooperativa a mantener el precio pactado por la socia que se fue de la entidad nunca hizo que la familia desistiera. «Porque los más de 2.000 amigos que nos han dado sus manos a través de Facebook nos obligan cada día a sacar fuerzas, pero el batacazo fue tremendo», asegura. La ayuda de este empresario portugués es fundamental, ya que, pese a que la campaña continuará para asegurar la nueva prótesis, el retraso le está afectando al desarrollo de toda la parte derecha y «no se debe esperar».
«Nada sería posible sin la ayuda de nuestros amigos de las dos riberas del río Miño»
Elisabete Farinhoto