Pasadas las diez de la noche de ayer dejó las dependencias judiciales lucenses el exdirector del Igape, Joaquín Varela de Limia. Prestó declaración ante la jueza Estela San José desde las seis de la tarde, aproximadamente.
«No cometí irregularidad ninguna», expresó el imputado a la salida. Varela también recordó que «después de diez meses complicados y de haberlo pasado mal» quedaba a la espera de acontecimientos y «a disposición de la jueza para lo que desee aclarar».
Varela de Limia explicó que tenía la «conciencia muy tranquila», a pesar de que su estado «físico y mental» en los últimos tiempos no había sido el adecuado como consecuencia de la investigación en la que se vio involucrado.
«Hoy [por ayer], después de tener la oportunidad de ver el sumario, tuve la ocasión de dar explicaciones. Insisto en que tengo la conciencia muy tranquila, al igual que la tuve en los primeros momentos», precisó.
A la declaración de Varela, además de su abogado, asistió también el letrado que defiende al exdiputado del Partido Popular, Pablo Cobián. Todo apuntaba a que la magistrada desmenuzaría todas y cada una de las llamadas telefónicas mantenidas por el exdirector del Igape en los últimos tiempos para preguntarle por el contenido de las mismas. En el sumario aparecen conversaciones con socios de Proitec y el exdiputado reseñado.
También ayer acudió al juzgado Carlos Silva, exsubdirector de información, pero se acogió a su derecho a no declarar. Antes la jueza le tomó otra declaración, aunque en este caso a una persona citada como testigo.