La catedrática defiende la importancia de los grupos de investigación
20 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.María Teresa Miras Portugal (O Carballiño, 1948) es catedrática de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad Complutense de Madrid, presidenta de la Real Academia de Farmacia y portavoz del comité de expertos designado por el ministro de Educación, José Ignacio Wert, para diseñar el nuevo sistema universitario español. Miras Portugal cree que la eligieron por sus años de investigación y docencia, y por ser una persona de consenso que no milita en ningún partido.
-¿Qué desequilibrios han detectado en la universidad española?
-La universidad española es muy diversa. No se pueden comparar universidades entre sí. Pero tampoco es que seamos excesivamente exitosos, que no lo somos.
-Ahí está el ránking de Shanghái, que analiza 2.000 universidades y clasifica las 500 mejores...
-Sí, como ellos tienen una universidad joven, quisieron compararse con otras para ver si la suya era buena o mala. Pero en Europa las universidades se medían tradicionalmente por los profesores que destacaban. Seguimos teniendo ese ámbito de dispersión. Incluso cuando alguien se va al extranjero, no va tanto a una universidad como a un grupo de excelencia. Y España tiene grupos de excelencia. Si se hiciese una suma del conjunto de universidades nuestro sistema chirriaría. Pero si fuésemos a grupos concretos nos sorprenderíamos, porque los mejores grupo de nanotecnología farmacéutica o de medicina legal, por ejemplo, están en Santiago
-¿Sobran universidades? ¿Es preciso fusionar centros?
-Creo que hemos fragmentado demasiado la universidad. No teníamos ni tenemos capacidad para que todas crezcan en entidad y luego competir en el mundo. A veces hemos hecho fraccionamientos que no tienen sentido. Las comunidades autónomas quieren el desarrollo de una zona y lo mismo ocurre con las diputaciones. Estamos ante un problema complejo. Hay titulaciones que están en todos los sitios y así condenamos a la gente al paro. Pensemos, por ejemplo, en Derecho. Si creamos una titulación distinta al resto, es decir, que la vamos a especializar en Derecho Internacional, a lo mejor a Galicia, que tiene una proyección de emigración tan importante, le interesa una especialización en Derecho Hispanoamericano o en Derecho Comunitario... Hay que echarle imaginación a las cosas. O en patentes, que apenas hay, porque por muchos descubrimientos que hagamos la posibilidad de patentarlos es... ¡Las canas que tengo en parte son por eso! A mí no me solucionan nada las famosas otris [Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación] en las universidades. Pues se puede centralizar una otri en una universidad y que se dedique a patentar. ¿Cuánta dificultad hay en hacer eso?
-¿A qué se debe ese 30 % de abandono universitario?
-En otros países también lo hay. Hay abandono en algunas carreras porque la enseñanza se transforma en rutina y hoy muchas se pueden cursar por Internet. Yo veo alumnos que empiezan y no continúan. He tratado de seguir a alguno de ellos. Llegan a la universidad sin haber hecho jamás uso de su libertad. Si en el instituto estaban sometidos a una disciplina familiar, ahora no se dan cuenta que esa libertad del yo es distinta de lo que ellos creen. Y entonces empiezan los botellones, no tienen el cerebro todavía formado, por mucho que presuman, algunos se dejan llevar y luego llegan al examen y fracasan. Abusan de sus familias por el esfuerzo que hacen para que puedan estudiar. Tienen que forjarse su futuro, pero desconocen que el Estado tiene recursos limitados.
«Hay titulaciones que están en todos lo sitios y así condenamos a los alumnos al paro»
-¿La subida de tasas ayudará a reducir el fracaso académico?
-Todo depende. Si hay agitadores puede ser una bomba, pero en la época de bonanza las tasas no subieron nada. Yo creo que las tasas tienen que ser más reducidas y premiar a los que se esfuercen. Tenemos unos cuantos cafres, los que repiten una y otra vez, pues que paguen. Obligaría a sus padres a pensar qué hacer ante esta situación. Y no es lo mismo una persona que estudia y trabaja que quien solo estudia. Hay muchas situaciones y muchísimo abuso y como profesora lo veo.
-¿Tiene que ser la universidad más selectiva con los alumnos?
-A mí eso del elitismo no me gusta. Tiene que ser una universidad exigente. La élite se crea con gente que se exige a sí misma, que tiene capacidad, trabaja, reflexiona y entra en la élite porque se lo ha conquistado.
-Su compañero Félix Goñi ya ha criticado los recortes en el medio universitario.
-Los recortes no son buenos, pero una universidad no puede duplicar titulaciones.
«Eso del elitismo no me gusta. Tiene que ser una universidad exigente»
-¿Es preciso un pacto de estabilidad?
-La universidad nació en la Edad Media y fue evolucionando continuamente. Tiene que ser así. No entiendo qué es la estabilidad en la universidad. Quizás hay que tratar de llegar a un pacto para que los sindicatos no peleen por un lado, los rectores por otro y a los alumnos se les movilice por otro. Al alumno hay que darle libertad y exigirle conocimientos. E igual de exigentes hay que ser con los profesores. Esa es una de las claves, escoger bien al profesorado. Y al personal auxiliar.