Punto final al plan de O Irixo

serafín lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

La Xunta desecha hacer la planta de residuos y ampliará Sogama

14 sep 2012 . Actualizado a las 12:58 h.

El Gobierno de Feijoo tiene decidido desde hace meses que emprenderá el camino de vuelta en su compromiso inicial de construir la planta de residuos que complementaría la limitada capacidad de tratamiento de Sogama. No habrá nueva incineradora en el sur, ni en el concello ourensano de O Irixo ni en ningún otro. La basura tendrá que seguir viajando por Galicia hasta Cerceda, porque la solución será ampliar la planta actual.

El anuncio oficial de esa decisión está sujeto a los tiempos del proceso administrativo vinculado al concurso eólico. La pelota permanece en el tejado de Industria, que tiene que pronunciarse sobre el proyecto de una de las adjudicatarias, Estela Eólica, a la que Medio Ambiente dio luz verde en diciembre para habilitar esa incineradora en O Irixo. Aunque compete a Industria resolver si la empresa ha cumplido los plazos de ese proyecto, la consellería ambiental maneja ya varias líneas argumentales para justificar un cambio en su hoja de ruta que obligará a retocar el Plan de Residuos, diseñado con el objeto de reducir a la mitad en el 2020 el medio millón largo de toneladas de basura que Galicia entierra cada año en vertederos.

Hay motivos técnicos que permiten al Ejecutivo del PP fundamentar una marcha atrás que también obedece a razones políticas. La tesis principal es que la construcción de una nueva incineradora ha dejado de ser un negocio rentable. ¿Pero qué ha cambiado para que lo que en diciembre era idóneo ahora sea inconveniente? Principalmente, la nueva normativa del sector eléctrico promovida por el Gobierno de Rajoy, que suspende las primas por generación de energía a partir de la basura. La venta de electricidad representa el 45 % de los ingresos de una planta de estas características. Sin esas primas, su viabilidad real peligra. No sucede lo mismo con Sogama, ya que el nuevo marco del sector eléctrico no priva de las primas por generación de energía a las plantas que están en servicio. Por tanto, ampliar el complejo de Cerceda permite engordar un negocio que ya no sería posible en O Irixo, porque el plan financiero con el que se dibujó el proyecto no es válido.

Coartada técnica

El otro razonamiento es político. La suspensión de las primas eléctricas ha servido en bandeja al Gobierno de Feijoo la coartada técnica para resolver el rechazo con que fue recibido su visto bueno inicial al emplazamiento de la incineradora en O Irixo. La contestación social y política en la zona, que contó incluso con la presencia de alcaldes del PP tras la pancarta, llevó a la Xunta a deslizar pronto los primeros mensajes que ponían en duda esa ubicación.

Menos de tres meses después de apostar por O Irixo, el 1 de marzo, Feijoo ya sugirió ante el desplante de la Diputación a esa localización que el proyecto podría instalarse fuera de la provincia de Ourense. Apenas cuatro días más tarde, el conselleiro Agustín Hernández expresaba sus dudas sobre la viabilidad de la Sogama del sur, y advertía que «Estela Eólica non cumpriu os prazos comprometidos». En junio, el secretario xeral de Calidade e Avaliación Ambiental, Justo de Benito, defendía en una entrevista en este periódico que llevar la nueva planta a Sogama «facilitará su viabilidad». Y los desmarques siguen. El miércoles pasado, Hernández objetó que el proyecto diseñado para O Irixo «pinta moi mal».

Es probable que la Xunta confirme que ampliará la planta de Cerceda antes de las autonómicas, aunque la principal incógnita es cómo afectará la decisión a los plazos para solventar el problema de las basuras. Cuando se presentó el Plan de Residuos, Medio Ambiente hablaba del 2015. Ahora asume que puede demorarse hasta el 2017.