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Francisco Fernández Liñares, el concejal que citaba a Rosa Luxemburgo ante empresarios

enrique g. souto*+ LUGO / LA VOZ

GALICIA

26 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Francisco Fernández Liñares (Dumbría-A Coruña, 1950) es un socialista de la cosecha de 1989. Cuatro años después de su afiliación en Lugo al partido de Felipe González, fue nombrado director provincial del Ministerio de Agricultura, cuando faltaba muy poco para que las competencias en esta materia las asumiese la Xunta. Fue el primer paso en su carrera en cargos públicos. Tuvo que esperar hasta 1999 para dar el salto al Ayuntamiento de Lugo, de la mano de José López Orozco. Fernández Liñares fue uno de los hombres fuertes de Orozco desde su toma de posesión hasta que en julio del 2008 fue nombrado presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, cargo en el que fue relevado en marzo. Hasta su detención, desempeñaba su labor de funcionario en las oficinas lucenses de la Confederación Hidrográfica.

Francisco Fernández Liñares es ingeniero técnico agrícola y licenciado en Economía. Accedió en su momento a la escala de técnicos facultativos del Ministerio de Agricultura. Es un hombre al que pocos discuten su inteligencia. Socialista de carné, es uno de los políticos gallegos que sabrían identificar qué obra comienza con la frase «un fantasma recorre Europa». Sin ser un especialista, no desconoce la obra de Marx y con alguna frecuencia citaba a Rosa Luxemburgo, incluso en situación de estar rodeado de empresarios.

Es Francisco Fernández Liñares un hombre ordenado y poliédrico, capaz de aunar planteamientos propios de la izquierda y estrategias de praxis política más propias del viejo modelo de la derecha gallega. Poco dado a las innovaciones y a los experimentos, alguna vez se le oyó exponer un principio que quizá aplicó más de una ocasión: si resuelves un problema conocido, probablemente surgirá otro, desconocido y de más difícil solución. De sus responsabilidades como concejal de gobierno, las de delegado del alcalde para la zona rural fueron, a buen seguro, las que le proporcionaron más satisfacciones.

De Liñares se han dicho muchas cosas en los últimos años; tantas, que sonaban a leyendas urbanas. Pero la investigación judicial parece ir camino de demostrar que algunas de esas historias no entraban en el campo de la leyenda. Si su gestión al frente de la Policía Local provocó heridas que aún no se han cerrado, sus intereses privados en el campo urbanístico han sido objeto de polémicas, y algunos perfiles aún se mueven en aguas judiciales. En el balance de los días pasados, seguramente tiene a su familia entre lo mejor de su haber. Quizá por eso tiene por letrada a su cuñada.