Probablemente, en la formación del nuevo Ejecutivo autonómico estará la clave de quien será el número dos del PPdeG, en caso de que Madrid reclame al presidente de la Xunta
12 nov 2012 . Actualizado a las 14:02 h.Como si quisiera dar la razón a todos los que opinan que con su nueva victoria por mayoría absoluta en las elecciones gallegas se sitúa como hombre fuerte del PP, solo por detrás de Rajoy pero por encima de todos los que se sientan en el Consejo de Ministros, Alberto Núñez Feijoo ha dado esta semana un golpe sobre la mesa contundente y sin precedentes, por más que apenas haya sido resaltado en los medios.
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, cometió la torpeza de reeditar el discurso de los brotes verdes en el momento menos oportuno, con las cifras de paro cabalgando hacia unos dramáticos seis millones de desempleados. Fue tal vez ese, el de las falsas expectativas, el discurso que más daño hizo al Gobierno de Zapatero y el que, al verse insatisfechas esas proclamas optimistas, acabó por hundir al zapaterismo. Dado que a Rajoy no se le conoce una desautorización pública hacia ningún subordinado, nadie en el Gobierno se sintió con autoridad suficiente como para criticar esa imprudencia, dañina no solo para el PP, sino para el Ejecutivo en pleno. ¿Y quién fue el encargado de poner en su sitio a la responsable de Empleo?
Desautorización a Báñez
Sabedor de que su victoria del 21-O no es ni mucho menos un cheque en blanco por parte de los gallegos, y de que estos mirarán con lupa si gobierna al dictado de Madrid o con Galicia por encima de todo, como decía su lema electoral, Feijoo no dudó en dejar a toda una ministra a los pies de los caballos asegurando que con un paro superior al 25 % no se puede decir que España está saliendo de la crisis.
El presidente gallego no solo actúa así en su propio beneficio, sino también en el de Rajoy, al que evita el desgaste de tener que salir a cuestionar a una de sus elecciones más discutibles. En un Gobierno que ha hecho de la lucha contra el paro su prioridad, se entiende mal que la responsable del ramo sea la más inexperta entre todos los miembros del Gabinete.
Pero, siguiendo el argumento de que Feijoo es una clara opción de relevo para Rajoy, preparado para asumir el mando en caso de que el líder del PP decidiera inmolarse con medidas durísimas tras el ineludible rescate, el presidente de la Xunta quizás aporte otra pista clara en ese sentido. Tras un Gobierno gallego presidencialista y con la perspectiva de poder ser llamado a Madrid si todo se tuerce, ¿señalará Feijoo a un número dos en Galicia que pueda asumir el relevo? Habrá que estar muy atentos por tanto a quien asciende peldaños con la formación del nuevo Ejecutivo autonómico, porque ahí, probablemente, esté la clave de quién será el delfín gallego.