Los 30 vehículos de Nupel subastados solo alcanzaron 106.100 euros
15 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.La flota de vehículos, valorados en 959.000 euros, con los que Jorge Dorribo, principal imputado en el caso Campeón, impresionó a amigos, conocidos y clientes, en sus tiempos de gloria y ostentación, apenas reportaron en la subasta del Juzgado mercantil 106.100 euros. Durante las últimas semanas los administradores concursales autorizaron el pago de nóminas a dos trabajadores de Nupel para que se los enseñaran a todos aquellas personas que querían verlos. Unos acudieron con ánimo de hacerse con alguno de los modelos en subasta y otros simplemente para saciar su curiosidad.
Quienes se acercaron a la nave de Nupel a examinar los lotes, con el ánimo de examinar de cerca el Ferrari, los dos Porsche o el Maserati, que probó algún jeque árabe en el circuito de A Pastoriza (Lugo), se llevaron un chasco. Ninguno de ellos estaba en la exposición que organizaron los administradores concursales, previa a la subasta.
En paradero desconocido
El Maserati, del que se conocen sus características, su matrícula y el leasing de algo más de 87.260 euros con el Banco Popular, está en paradero desconocido, al igual que otros bienes de lujo del empresario, que el juzgado no consiguió localizar.
Los adjudicatarios de los dos Porsche que están retenidos en Andorra por orden judicial y la estrella de la subasta, el Ferrari que se vendió en mil euros, tienen una dificultad añadida al leasing, sacarlos del Principado. Allí estaba planeando su traslado Jorge Dorribo con su familia, poco antes de que estallara el caso y de su ingreso en prisión. En Andorra también está el remolque para transportar vehículos de rali, una de las actividades que financiaba el polifacético empresario, por el que nadie se interesó, pese a que su precio de salida eran 1.000 euros.
Uno de los pocos coches cuya subasta quedó desierta fue un Toyota Land Cruiser, con un precio de salida de 20.000 euros. Su recuperación parece bastante difícil. Se encuentra en Camerún, país al que Dorribo viajó en varias ocasiones en un avión privado, acompañado de empresarios y políticos, a los que pretendía encandilar con su supuesto negocio eólico.
Algunos de los vehículos fueron comprados para uso propio, muy pocos. La mayoría de ellos, incluidos los deportivos, fueron adquiridos con el objetivos de revenderlos.