Los padres, junto a amigos y parientes, ocupan la mitad de la sala, y allegados a los acusados la otra
GALICIA
Los padres de Diego Novo siempre son los primeros en entrar en la sala de la Audiencia coruñesa. Ya esperan junto a la puerta, siempre puntuales. Alrededor, decenas de amigos y familiares, arropándolos. Tantos, que ayer no había espacio para todos y más de la mitad se tuvieron que quedar fuera.
Más apartados, profesores, familiares y amigos de los imputados. Aquellos ocupan la mitad de los bancos destinados a público y estos la otra mitad. No se vio ni una mala cara. Ni un desencuentro. A pesar de que la jueza pidió una amplia presencia policial durante las jornadas del juicio, los agentes están de manera testimonial. El respeto entre las partes es mutuo.
Lo que sí hay son caras muy tristes. Muy apesadumbradas. Los padres de Diego, José y Vanesa, siguen el juicio con los ojos en ninguna parte. Ayer por la tarde, ella no pudo ver concluir el juicio y se fue acompañada de un hermano.
También se muestran deshechos los imputados. Sobre todo los dueños del colegio, que desde el banquillo de los acusados estuvieron pendientes de las comparecencias con rostro serio. Al igual que el socorrista, muy abatido.
Mientras, en los bancos destinados al público, en la zona ocupada por allegados a la familia del menor, son varias las amigas de los padres las que retransmiten el juicio en tiempo real vía Facebook y Twitter. No se levantan ni un minuto ni se apartan de Vanesa Anido, la madre del pequeño.