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José Antonio Vázquez Taín (A Merca, 1968) vive deprisa. Habla, lee y se mueve a toda velocidad. Tanto que suele dejar a su interlocutor con la palabra en la boca. Esa capacidad para ir a mil y sobrevivir le ha permitido ser uno de los jueces más productivos de España. Desde que en 1999 empezó su carrera en Vilagarcía su historial está trufado de grandes operaciones. Primero contra el narcotráfico, pero después también contra las mafias del Este, la delincuencia económica y con el gran hito de haber sido uno de los héroes, junto al jefe de la Brigada de Patrimonio de la Policía, Antonio Tenorio, que recuperó intacto el Códice Calixtino robado de la catedral de Santiago.
En Vilagarcía pronto se notó que era diferente. No solo fue el primero que decidió enfrentarse a los narcos e ir a por ellos. Hasta entonces, los otros jueces habían mirado para otro lado. También destacó con sentencias distintas, ejemplarizantes. Como cuando en una ocasión castigó a los autores de unas pintadas en el muro del puerto de la ciudad con la pena de tener que limpiarlas.
Tras algunas operaciones menores, su nombre saltó a los titulares por primera vez con el alijo de droga del Abrente. A partir de ahí, su historia vital tiene nombre de barco, los que nombraron las operaciones con las que aquellos años retiraron del mercado 50 toneladas de cocaína, el 30 % de la decomisada en toda España.
Taín es el juez que procesó y llevó a la cárcel al narco más escurridizo, Marcial Dorado, el que ahora ha vuelto a saltar a escena por sus fotos de vacaciones con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo. Pero también el que imputó al exalcalde de Ribadumia, Nené Barral (PP), o el que después, ya en Santiago tras pasar por Mataró, el Centro de Estudos Xudiciais de A Estrada y A Coruña, ha investigado a la mafia kosovar y a la familia leonesa Martínez Núñez por, presuntamente, descapitalizar sus empresas para hacer negocio quebrándolas. También fue quien imputó al exalcalde de Santiago, Gerardo Conde Roa (PP), por delito fiscal.
En sus manos cayó también el robo del Códice Calixtino. El caso le quitó el sueño todo un año, pero logró recuperarlo intacto y ahora hasta ha escrito una novela que está inspirada en esta investigación, La leyenda del santo oculto. ¿De dónde saca el tiempo? De vivir aprisa.