Sandra Ortega, la heredera invisible

M. Cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Sandra Ortega y sus hijos llegan al tanatorio donde se vela a Rosalía Mera
Sandra Ortega y sus hijos llegan al tanatorio donde se vela a Rosalía Mera Gustavo Rivas

Sandra Ortega es una mujer discreta a la que le gusta pasar desapercibida

17 ago 2013 . Actualizado a las 15:22 h.

«Nunca dirías que es quien es». Es lo primero que dicen de ella los que la tratan. Sencilla, discreta, «supernormal», Sandra Ortega, la que se perfila como principal heredera del legado de Rosalía Mera, es el espejo de su madre. Y no solo por su parecido físico -pelo corto como el suyo, pero teñido de caoba-, también por su forma de ser. Muy trabajadora, es una mujer cercana que ha aprendido a valorar el esfuerzo como modo de conseguir las cosas. Esa lección inculcada por su madre es la que, asegura una persona que la conoce, trata de trasladar a sus tres hijos. De hecho, estudian en un colegio público del concello de Oleiros, donde vive. Y además es la presidenta de la ANPA. «Cuando habla de ellos, sus comentarios son como los de cualquier madre trabajadora. Puedes oírle contar que la ha llamado la señora que le cuida los niños porque estaban en la playa y no quieren volver a casa o cosas de ese tipo», relata alguien que la conoce.

Nacida en 1968, cuatro años antes de la creación de Confecciones GOA S. A., el germen de Zara, creció en un piso de Paseo de Ronda, en A Coruña, al que invitaba a sus amigas para jugar. Estudió tercero de BUP y COU en el instituto de A Sardiñeira. Era heavy, igual que su novio Pablo, que iba en su misma clase y con el que contrajo matrimonio. Ahora él trabaja en Inditex e igual que ella es un hombre discreto que suele comer en una cafetería junto a su trabajo.

Se casó joven y tras la separación de sus padres, con la Fundación Paideia («educación» o «formación» en griego) ya en marcha a principios de los noventa, estudió Psicología, una carrera que no ejerce directamente, pero que le ha ayudado en su trabajo, codo con codo con su progenitora, en la fundación. Antes había estado en el consejo de administración de Inditex como vocal, cargo que abandonó en torno al año 2000, justo antes de que este fuera reestructurado.

Ahora, además de figurar como administradora en ROSP Corunna (principal brazo inversor del conglomerado de Rosalía Mera), trabaja en la sede que Paideia tiene en María Pita. Ahí, entre otras cosas, realiza entrevistas a los candidatos a participar en el Programa de Voluntariado Europeo, una iniciativa dirigida a que los jóvenes puedan mejorar su formación en distintos países del extranjero.

Como una trabajadora más, recuerdan los que han estado en contacto con ella en esa faceta laboral, se encarga de coordinar a los voluntarios. Mientras están fuera se preocupa de que estén bien. Les envía correos electrónicos preguntándoles cómo les va o qué les parece el programa... «Ni por cómo viste, ni por su actitud podrías llegar nunca a pensar que es hija de uno de los hombres más ricos del mundo o que su madre era una de las mujeres con mayor influencia del mundo», dice esa misma fuente.

A Sandra, igual que a su madre (conocida por su ideología de izquierdas y por ser muy echada para adelante), parece gustarle resolver las cosas por ella misma. «Cuando alguna Administración debía algo a Paideia era Rosalía directamente la que llamaba para reclamarlo», cuenta otra de las personas que trató a ambas, alguien que confirma que Sandra es como Rosalía, pero mucho más discreta. Porque, como añade, aunque no supieras quien era «encontrabas a Rosalía Mera en una cafetería y, por su aspecto llamaba la atención, su hija no lo hace». Ese gusto por pasar desapercibida también es herencia de su padre. La imagen de Amancio Ortega no se popularizó hasta la salida a Bolsa de Inditex. Su relación es buena. Quedan para comer y todos estos días padre e hija han estado juntos.

En ese afán por pasar desapercibida tampoco se dejó ver en la boda de su hermana Marta, nacida del segundo matrimonio del fundador de Inditex. Hay quien dice que para evitar los flashes. Otros especulan con la distante relación que mantienen ambas. Pero para los que puedan vislumbrar un futuro duelo de herederas en Inditex, la personalidad de Sandra Ortega se inclina hacia todo lo contrario. Y en principio todo está atado en el grupo textil.