Rosario Porto a Alfonso Basterra: «Tú y tus jueguecitos (...) ¿Te ha dado tiempo a deshacerte de eso?»

Redacción / La Voz

GALICIA

El juez Taín encerró juntos a los padres de la niña y dio orden de recoger sus conversaciones

30 oct 2013 . Actualizado a las 16:15 h.

Rosario Porto y Alfonso Basterra tuvieron una conversación en los calabozos de la Guardia Civil de A Coruña el 25 de septiembre, tras ser detenidos. Al parecer, según informa el diario El Mundo, el juez Taín decidió encerrarlos juntos y dio orden de recoger sus conversaciones.

En la grabación, Rosario Porto dice: «Tú y tus jueguecitos. (...) Te ha dado tiempo a deshacerte de eso?», a lo que Basterra le responde: «Calla, que a lo mejor nos están escuchando».

El juez autorizó la grabación aquella noche para intentar lograr alguna prueba que arrojase luz a lo que le pasó a Asunta. Este procedimiento no es muy habitual. Los investigadores pensaron que el encuentro de los padres en los calabozos podía aportar datos e indicios o incluso pruebas concluyentes. El magistrado se mostró favorable y autorizó grabar las conversaciones. Estas tres frases que intercambiaron Alfonso Basterra y Rosario Porto sirvieron para cerrar más el círculo de la implicación de ambos aunque el silencio entre ambos imperó la mayor parte de la noche.

Antes de esta noche en los calabozos junto a Alfonso Basterra, Rosario Porto pasó una sola ya que fue detenida un día antes. Según informa El Mundo, esa noche el comportamiento de la madre de Asunta fue bastante «frívolo».

Basterra dice que no dio Orfidal a Asunta

Ahora ambos se encuentran en la cárcel de Teixeiro, alojados en módulos distintos. Alfonso Basterra permanece en la zona de enfermería desde el 27 de septiembre. Desde allí declaró: «Lo realmente duro, una tortura, fue perder a Asunta; lo demás se puede soportar». Esa es una de las respuestas ofrecidas en una entrevista a El Correo Gallego.

La enfermería, afirma, «es un destino muy deseado por los internos». Basterra añade: «Esto es como un hostal barato». Asegura que es «inocente por completo», y que no tiene «absolutamente nada que ver con este caso». Admite que preparó la comida el día que desapareció Asunta, pero añade: «Si la niña tomó la superdosis de Orfidal que dicen, habría salido ya moribunda de mi casa. Y no es así. Sobre las cinco y veinte se fue con su madre caminando con total normalidad».