«Le prometió 2.000 euros por un servicio», revela la madre del cómplice
19 nov 2013 . Actualizado a las 11:18 h.Saturnino Marcos Cerezo, alias Canceliñas, tendrá que salir pronto de la ratonera. Ayer se cumplieron tres semanas desde que comenzó la caza del hombre y, aunque la detención de su presunto cómplice, Álvaro Miguel dos Santos Barbosa, parece haber desatado una inflexión en la investigación, retomar el rumbo tras este arresto será mucho más difícil para Canceliñas. Su dependencia de las drogas es un hándicap del que el experto en fugas no se puede escapar.
La detención de su supuesto socio truncó su apretada actividad en la raia, pautada desde hace tres semanas. Canceliñas actuó siempre en lunes y jueves. Hasta que cayó Santos Barbosa. Su persecución arrancó el lunes 28 en O Porriño, cuando supuestamente tiroteó a una pareja. El jueves habría capitaneado el atraco a la gasolinera ubicada en la parroquia tudense de Guillarei. Los dos asaltantes llegaron en una moto amarilla, que ya ha sido recuperada y que custodia la policía lusa, y se hicieron con un botín de unos 1.000 euros. Cantidad suficiente para abastecerse durante el fin de semana.
El lunes siguiente cambió el escenario, pero, con la misma secuencia de hechos, se llevaron unos 1.200 euros más de una gasolinera de Tomiño. La presión de la Guardia Civil los obligó a cruzar el Miño para actuar ese jueves. El secuestro del galeno Antonio dos Santos Costa Veloso fue un carjacking. La prioridad para Canceliñas es disponer de dinero en metálico para comprar droga. La víctima fue elegida al azar, aunque mucho tuvo que ver el hecho de que tuviera un Mercedes. El secuestro de un vehículo con su propietario dentro a punta de pistola para forzarlo a sacar dinero de los cajeros con sus tarjetas es una práctica extendida a lo ancho y largo de Portugal desde hace años.
El periplo de Canceliñas, que mantuvo en su poder al médico durante 20 horas, ratifica que al delincuente más buscado de Galicia en estos momentos lo que le mueve es el dinero rápido. De hecho y, pese a tener a medio centenar de agentes peinando el monte Aloia, en Tui, Canceliñas se arriesgó para retirar dinero en una sucursal de esta ciudad y comprar droga a un proveedor habitual, antes de seguir camino a Redondela. Los varios miles de euros obtenidos mediante el carjacking le han permitido no exponerse tras la detención de Barbosa. Pero su dependencia se perfila como su perdición. Se estrecha el cerco y no tiene más capacidad de movimiento que un reguero de robos de coches que no puede borrar.
La GNR mantiene la vigilancia a la residencia familiar del detenido en la localidad lusa de Paredes de Coura, por miedo a que Canceliñas cumpla con la amenaza que le hizo a su presunto cómplice. La madre de Álvaro Miguel dos Santos Barbosa aseguró ayer que su hijo «fue engañado». María Laura Santos, que el mismo día de la detención pudo visitarlo y dio cuenta de su estado, aporta nuevos datos, «Canceliñas le prometió que iba a ganar 2.000 euros en unos servicios y consiguió llevarlo porque aquí solo conseguía 495 al mes; mi hijo no quería hacer nada de eso», indicó la madre. Portugal estudia pedir la entrega de Barbosa.