Caso Asunta: ¿Quién es el hombre de los guantes?

José Manuel Pan
José Manuel Pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Asunta le contó a una compañera de clase que un varón vestido de negro la intentó matar mientras dormía. La Guardia Civil investigó el extraño caso, ocurrido en el piso de la madre

22 nov 2013 . Actualizado a las 17:33 h.

Cuando los padres de Asunta acudieron, la noche del sábado 21 de septiembre, a denunciar la desaparición de su hija, Rosario Porto relató en la comisaría de la Policía Nacional de Santiago un suceso extraño ocurrido meses atrás en su domicilio. Tras dar la descripción de Asunta (12 años, 1,55 de alto y 42 kilos de peso) y contar que nunca había tenido problemas con ella, relató un episodio de gravedad ocurrido en el mes de julio, y que con los acontecimientos posteriores ha adquirido mayor relevancia.

Asunta y Rosario, que esa noche se había dejado olvidadas las llaves en la puerta, dormían en el piso de Santiago. Sobre las dos y media de la madrugada, a Rosario la despertaron los gritos de su hija. Se levantó inmediatamente y pudo comprobar que en la vivienda había un hombre. Lo describió como un varón de 1,60 de alto y de complexión fuerte. Vestía ropa oscura y llevaba puestos unos guantes de látex. El hombre consiguió huir por el pasillo, pese a que Rosario intentó agarrarlo.

Desde que el cadáver de Asunta apareció en la cuneta de una pista forestal de Teo, a los investigadores de la Guardia Civil les extrañó ese relato ofrecido por Rosario Porto en la comisaría sobre el asalto ocurrido una madrugada de julio. Y se pusieron a indagar. Y descubrieron que en una excursión la propia Asunta le había comentado a una compañera de clase que un hombre había intentado matarla apretándole el cuello mientras dormía en su cama, y que su madre había ahuyentado al intruso con un cuchillo. En su declaración de septiembre, Rosario dijo que no había notado en falta dinero ni ningún otro efecto en la casa. Pero nunca denunció aquel ataque, cometido de madrugada. Dijo que no quería causarle ningún trauma a su hija.

El abogado de Rosario, José Luis Gutiérrez Aranguren, hablaba de ese caso en La Voz el pasado domingo: «Ese episodio sucedió. Y que [Rosario] no quisiera avanzar en la denuncia es del todo entendible. Tal vez yo tampoco lo haría. Ni muchos padres. A veces, es mejor dejar pasar un hecho grave, como ese, que exponer a un hijo a revivir un episodio dramático, con comparecencias ante el juez, con identificaciones...».

Pero los investigadores no piensan lo mismo. Por eso indagaron para saber si aquello ya fue un supuesto intento de acabar con la vida de la niña. Las fuentes consultadas sostienen que los hechos existieron. Pero tienen dudas respecto a otros aspectos del extraño caso, sobre todo ante la circunstancia de que un hecho tan grave no hubiese sido denunciado inmediatamente por la madre, ya esa misma madrugada. Las mismas fuentes indicaron que en el móvil de Rosario Porto supuestamente se registró algún tipo de actividad a la hora en que dijo que dormía. Puede haber sido un error en la hora que dio en la denuncia, o una contradicción. En todo caso, la investigación es difícil. La víctima del ataque nocturno está muerta y sus padres no han hablado. Quizá nunca llegue a saberse quién era el hombre de los guantes de látex.