No es la primera vez ni será la última que golpean la costa gallega ondas de cerca de 13 metros. Pero nunca había ocurrido de una forma tan continuada ni se habían activado cinco alertas rojas en poco más de un mes. ¿A qué se debe este impresionante oleaje? Las mareas astronómicas, la elevación del nivel del mar que provoca la propia tormenta y el denominado asomeramiento del oleaje son los responsables.
¿Dónde se forman las olas y por qué?
El tren de ciclogénesis explosivas que se forman en el Atlántico generan fuertes rachas de viento, que erosionan el mar, y forman las olas en zonas muy lejanas. Se van alejando del epicentro de la tormenta de forma radial, se organizan y llegan a la costa en forma de mar de fondo, explica el oceanógrafo Jorge de los Bueis. Son olas de largo recorrido, se propagan por el océano sin encontrar estorbos. Hasta que llegan al litoral gallego.
¿Son tan altas cuando se forman?
No. En océano abierto, el oleaje no se aprecia mucho, según señala el presidente de la Asociación de Oceanógrafos de Galicia. Este experto explica que, a medida que esas olas se acercan a la costa, van ganando en altura, debido a un fenómeno que se denomina asomeramiento. Es el efecto producido en el oleaje, al reducirse notablemente la altura del fondo marino a su llegada al litoral. Tiene lugar a partir de que la ola alcanza profundidades menores a la mitad de su longitud de onda. «Las olas empiezan a notar el fondo, y la altura que pierden por abajo, la ganan por arriba», comenta el experto Jorge de los Bueis.
¿Por qué las olas causan tantos destrozos?
Cuanto más altas son las olas, más energía traen -el agua pesa mil veces más que el aire-, de ahí que su impacto sea tan brutal. Si a esto se le añade la velocidad que trae la masa de agua cuando se acerca a la costa y que en la última jornada de alerta roja, hubo olas de más de 10 metros durante 12 horas seguidas, se puede explicar el reguero de destrozos que hubo en toda la costa.
¿Cómo influyeron las mareas vivas?
Tanto el día de Reyes como el del pasado sábado, el fuerte oleaje coincidió con las mareas vivas. Son las mareas que se producen con la luna llena y la luna nueva, cuando el Sol, la Luna y la Tierra se encuentran alineados. Suelen incrementar el nivel del mar unos cuatro metros en la pleamar.
¿La propia borrasca eleva el nivel del mar?
Sí. El oceanógrafo Jorge de los Bueis explica que con la propia tormenta, al ser la presión atmosférica baja, el nivel del mar tiende a subir. Esta subida se suma a la que ya de por sí provoca las mareas astronómicas. Hay dos mareas vivas muy potentes al año, una tiene lugar en el equinoccio de primavera y otra en la de otoño. Es cuando más distancia hay entre la pleamar y la bajamar.